Murió el "Gigante" González: un personaje que conquistó a la Ciudad
Jugó en Gimnasia en los años 80 y cosechó gran simpatía entre los platenses. Lidiaba con una rara enfermedad. Tuvo un triste final
| 25 de Septiembre de 2010 | 00:00
A sus 44 años, víctima de una complicación asociada a la gigantoacromegalia -la afección que lo llevara a convertirse en una figura pública- falleció ayer Jorge "El Gigante" González, el jugador de basquetbol más alto de la historia local de la disciplina, el primero en ser seleccionado por la NBA y un recordado personaje de la lucha libre en Estados Unidos, donde llegó a participar de varias series televisivas.
Su deceso se produjo en la localidad de San Martín, a donde había sido derivado por problemas de salud desde El Colorado, el pequeño pueblo formoseño en que nació y será velado hoy en la sede de la Cooperativa de Servicios Públicos.
El Gigante González, quien pasó sus últimos años postrado en una silla de ruedas y esperando ayuda del gobierno formoseño, llegó a ser un personaje muy conocido en nuestra ciudad a medidos de los ochenta cuando integró como pivot el plantel de Gimnasia. A pesar de sus desplazamientos lentos y bastante previsibles, sus 2,31 metros de altura no pasaban desaparecidos entre los platenses, que solían detenerlo en la calle para pedirle autógrafos y sacarse fotos con él.
De la mano de León Najnudel, quien por entonces dirigía el seleccionado nacional, el Gigante González vivió su etapa de esplendor como basquetbolista al participar con la Selección en el Mundial de España. Allí, su buen desempeño le abrió la puerta de los "reclutadores" norteamericanos de la NBA, quienes lo seleccionaron para el draft.
Un agente de la franquicia Atlanta Hawks vio a Jorge y le comunicó al dueño del equipo, el poderoso empresario Ted Turner, de la existencia de este muchacho formoseño, por entonces de 22 años, que medía 2,29 metros y calzaba zapatillas número 56. Fue así que tras abonar 30 mil australes por su pase, se lo llevaron a jugar a Estados Unidos.
El formoseño fue tentado entonces para ingresar a la Federación Mundial de Lucha y competir en los campeonatos Mundiales de la disciplina (WCW). Bajo el nombre de `Giant`González, giró por distintas ciudades estadounidenses como Nueva York, Miami, Chicago, Dallas, Sacramento y Las Vegas.
Durante esa etapa de su vida, su imponente presencia física despertó el interés de productores televisivos norteamericanos que le ofrecieron papeles secundarios en distintas series. Con su traje característico de luchador participó de un capítulo de Baywatch junto a Pamela Anderson y estuvo también en "Hercules", entre otros programas.
Entre la popularidad de la pantalla chica y las peleas -de las que apenas perdió tres de las casi mil que sostuvo- el "Gigante" permaneció en Estados Unidos hasta 1993 para luego emigrar a Japón. Pero a esa altura, una lesión en el nervio ciático ya impedía su normal desenvolvimiento en la actividad, por lo que dos años mas tarde abandonó definitivamente la lucha y regresó a la Argentina, para radicarse en su localidad natal.
Comenzó así la última etapa de su vida y tal vez la más difícil. Jaqueado por su propia enfermedad fue dejando atrás la fama y el dinero que alguna vez llegó a sobrarle. En una silla de ruedas y sin poder conseguir empleo, se convirtió en un testigo impasible de su propio deterioro físico. Quienes estuvieran cerca suyo durante estos últimos años cuentan que vivía pidiendo un poco de buena salud para salir adelante y ayuda de las autoridades políticas de su provincia para comer.
Su deceso se produjo en la localidad de San Martín, a donde había sido derivado por problemas de salud desde El Colorado, el pequeño pueblo formoseño en que nació y será velado hoy en la sede de la Cooperativa de Servicios Públicos.
El Gigante González, quien pasó sus últimos años postrado en una silla de ruedas y esperando ayuda del gobierno formoseño, llegó a ser un personaje muy conocido en nuestra ciudad a medidos de los ochenta cuando integró como pivot el plantel de Gimnasia. A pesar de sus desplazamientos lentos y bastante previsibles, sus 2,31 metros de altura no pasaban desaparecidos entre los platenses, que solían detenerlo en la calle para pedirle autógrafos y sacarse fotos con él.
De la mano de León Najnudel, quien por entonces dirigía el seleccionado nacional, el Gigante González vivió su etapa de esplendor como basquetbolista al participar con la Selección en el Mundial de España. Allí, su buen desempeño le abrió la puerta de los "reclutadores" norteamericanos de la NBA, quienes lo seleccionaron para el draft.
Un agente de la franquicia Atlanta Hawks vio a Jorge y le comunicó al dueño del equipo, el poderoso empresario Ted Turner, de la existencia de este muchacho formoseño, por entonces de 22 años, que medía 2,29 metros y calzaba zapatillas número 56. Fue así que tras abonar 30 mil australes por su pase, se lo llevaron a jugar a Estados Unidos.
El formoseño fue tentado entonces para ingresar a la Federación Mundial de Lucha y competir en los campeonatos Mundiales de la disciplina (WCW). Bajo el nombre de `Giant`González, giró por distintas ciudades estadounidenses como Nueva York, Miami, Chicago, Dallas, Sacramento y Las Vegas.
Durante esa etapa de su vida, su imponente presencia física despertó el interés de productores televisivos norteamericanos que le ofrecieron papeles secundarios en distintas series. Con su traje característico de luchador participó de un capítulo de Baywatch junto a Pamela Anderson y estuvo también en "Hercules", entre otros programas.
Entre la popularidad de la pantalla chica y las peleas -de las que apenas perdió tres de las casi mil que sostuvo- el "Gigante" permaneció en Estados Unidos hasta 1993 para luego emigrar a Japón. Pero a esa altura, una lesión en el nervio ciático ya impedía su normal desenvolvimiento en la actividad, por lo que dos años mas tarde abandonó definitivamente la lucha y regresó a la Argentina, para radicarse en su localidad natal.
Comenzó así la última etapa de su vida y tal vez la más difícil. Jaqueado por su propia enfermedad fue dejando atrás la fama y el dinero que alguna vez llegó a sobrarle. En una silla de ruedas y sin poder conseguir empleo, se convirtió en un testigo impasible de su propio deterioro físico. Quienes estuvieran cerca suyo durante estos últimos años cuentan que vivía pidiendo un poco de buena salud para salir adelante y ayuda de las autoridades políticas de su provincia para comer.
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