La batalla por el trigo
El incremento en la producción y el precio, junto a las restricciones para exportar, generan el conflicto
| 23 de Enero de 2011 | 00:00

El cambio de tendencia respecto al trigo fue notable en la última cosecha, dado que se pasó de algo más siete millones de toneladas a más de 14 millones de toneladas, de las cuales aproximadamente la mitad serán consumidas internamente.
Un reciente informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) hace subir las proyecciones de la cosecha a 15 millones de toneladas, por lo cual quedaría aún un margen de un millón de toneladas para comercializarse fuera del país.
Este incremento en la producción de trigo no sólo se produjo debido a que las condiciones hídricas fueron óptimas en la última campaña, sino porque los niveles de rentabilidad para este grano fue uno de los mejores de los últimos tiempos, pese a las críticas de los dirigentes de la Mesa de Enlace, quienes cuestionan la creciente transferencia de ganancias del sector productivo a los molinos y los exportadores.
Una vez más los ruralistas volvieron a la carga contra la regulación del mercado del trigo, un tema recurrente desde el año 2007, cuando el cierre de las exportaciones se hizo extensivo, recuerda un trabajo de la consultora Abeceb.com.
A partir de entonces, la estructura interna del mercado de trigo y sus derivados ha sufrido significativas modificaciones que incluyen transferencia de ganancias entre los eslabones de la cadena, destaca el mismo trabajo.
En enero de 2007 se dispuso el cierre de exportaciones de trigo hasta comienzos de noviembre. Sin embargo, la apertura del registro de exportación duró apenas quince días, tras los cuales se impuso un nuevo cierre. A partir de entonces se alternó entre el cierre total y las exportaciones con cupo, que a partir de mayo de 2008 toma la forma de los ROE Verde, entregados por la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca). Dichos permisos de exportación son otorgados a partir del cálculo de un saldo exportable, que proviene de restar a la producción interna un cupo reservado para consumo interno y que genera las críticas de los sectores agropecuarios, porque aseguran que favorece la transferencias de recursos en beneficio de los molinos y los exportadores.
Sin embargo un trabajo del INTA, reproducido en la semana por un matutino porteño destaca que el margen bruto promedio de rentabilidad con los descuentos adicionales de molinos y exportadores se ubica en unos 173 dólares cuando la media histórica en la última década fue de 110 dólares.
De todas formas, tanto el INTA como las autoridades del ministerio de Agricultura señalan que estos valores están por debajo del denominado FAS teórico (es decir el precio internacional descontados las retenciones y gastos de embarque) que debería llegar a 230 dólares la tonelada, es decir que los sectores molineros o exportadores estarían ganando entre 50 y 60 dólares que correspondería a los productores y que, de acuerdo a la Mesa de Enlace, se generan por la falta de libertad en la comercialización.
Con todo, los niveles actuales están bastante por encima de los valores promedio de la década, aunque aún muy lejos de la mejor campaña de la serie que se dio en 2008 y que permitió obtener 253 dólares por tonelada.
En este sentido, el informe de Abeceb.com destaca que esta disputa por la rentabilidad está generando una nueva tendencia hacia la reducción de la siembra del cereal.
Un reciente informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) hace subir las proyecciones de la cosecha a 15 millones de toneladas, por lo cual quedaría aún un margen de un millón de toneladas para comercializarse fuera del país.
Este incremento en la producción de trigo no sólo se produjo debido a que las condiciones hídricas fueron óptimas en la última campaña, sino porque los niveles de rentabilidad para este grano fue uno de los mejores de los últimos tiempos, pese a las críticas de los dirigentes de la Mesa de Enlace, quienes cuestionan la creciente transferencia de ganancias del sector productivo a los molinos y los exportadores.
Una vez más los ruralistas volvieron a la carga contra la regulación del mercado del trigo, un tema recurrente desde el año 2007, cuando el cierre de las exportaciones se hizo extensivo, recuerda un trabajo de la consultora Abeceb.com.
En enero de 2007 se dispuso el cierre de exportaciones de trigo hasta comienzos de noviembre. Sin embargo, la apertura del registro de exportación duró apenas quince días, tras los cuales se impuso un nuevo cierre. A partir de entonces se alternó entre el cierre total y las exportaciones con cupo, que a partir de mayo de 2008 toma la forma de los ROE Verde, entregados por la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca). Dichos permisos de exportación son otorgados a partir del cálculo de un saldo exportable, que proviene de restar a la producción interna un cupo reservado para consumo interno y que genera las críticas de los sectores agropecuarios, porque aseguran que favorece la transferencias de recursos en beneficio de los molinos y los exportadores.
Sin embargo un trabajo del INTA, reproducido en la semana por un matutino porteño destaca que el margen bruto promedio de rentabilidad con los descuentos adicionales de molinos y exportadores se ubica en unos 173 dólares cuando la media histórica en la última década fue de 110 dólares.
De todas formas, tanto el INTA como las autoridades del ministerio de Agricultura señalan que estos valores están por debajo del denominado FAS teórico (es decir el precio internacional descontados las retenciones y gastos de embarque) que debería llegar a 230 dólares la tonelada, es decir que los sectores molineros o exportadores estarían ganando entre 50 y 60 dólares que correspondería a los productores y que, de acuerdo a la Mesa de Enlace, se generan por la falta de libertad en la comercialización.
Con todo, los niveles actuales están bastante por encima de los valores promedio de la década, aunque aún muy lejos de la mejor campaña de la serie que se dio en 2008 y que permitió obtener 253 dólares por tonelada.
En este sentido, el informe de Abeceb.com destaca que esta disputa por la rentabilidad está generando una nueva tendencia hacia la reducción de la siembra del cereal.
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