Mejor hubiera sido difícil

Se metió en la pelea y le dio un empujón al rival de siempre

Boca consiguió uno de los triunfos más deliciosos en la historia del superclásico, ya que no sólo se metió en la lucha por el campeonato y la Copa Sudamericana, sino porque además le dio un empujón más a River, el archirrival de toda la vida, a la zona de Promoción. Por eso había que ver los rostros tantos de los hinchas boquenses como los de los riverplatenses en la mítica Bombonera.

Pero toda historia tiene un inicio: La Bombonera se llenó a medida que transcurrió la tarde. Los hinchas locales vistieron más que nunca el estadio de azul y oro desde temprano. Ya a las 14:30 la cancha tenía un marco multitudinario. La salida del equipo de Falcioni fue extraordinaria. Mucho color, mucho calor (ideal para una jornada casi invernal), mucha pasión. Y muchos papelitos, muchas plumas, muchas banderas con los colores del club.

La gente propuso y el equipo dispuso. Tuvo un comienzo interesante, un cuarto de hora en el que River lo superó y tres minutos en los que liquidó la historia con virtudes propias y culpas ajenas.

Ya en el segundo tiempo, Falcioni le regaló el momento esperado: a los 35 minutos lo sacó de la cancha para que le rindieran tributo a Palermo, el optimista del gol. El abrazo con Riquelme, cesión de brazalete de capitán mediante, fue la foto de la tarde.

A las letras de la palabra “Promoción”, de la “B”, de la bandera con un “fantasma”, de todo el ingenio de la hinchada boquense, se le sumaron al final de la jornada los cánticos en alusión a la chance de descenso que puede llegar a vivir River.

“A la Promoción, a la Promoción, a la promoción che gallina, a la Promoción”, fue una de las canciones que sonó más fuerte. Como así también el clásico “se van para la B, se van para la B, ya se van, se van para la B”. Era la fiesta local, la pesadilla de River. Un momento único en la historia del fútbol. El día en que Boca disfrutó de la más dulce de todas las victorias.

Partido del que fueron testigos decenas de personalidades del deporte nacional, como Juan Martín del Potro... Y Angel Cappa, el ex DT de River y de Gimnasia, admirador de Riquelme, que llegó caminando como si nada entre los hinchas de Boca y se ubicó en la platea media.

Dentro de tantas pálidas, en River se recibió ayer una buena noticia. Y fue la convocatoria de Erik Lamela a la Selección nacional que disputará el amistoso contra Paraguay en Chaco. Lamela, de 19 años, recibió su primera citación para el seleccionado mayor y se presentará esta tarde en el entrenamiento que el equipo desarrollará en el predio de Ezeiza.

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