Un oficio artesanal

Se celebra hoy el Día Nacional de la tejedora, en el que se rinde tributo a todas las mujeres que a pura destreza crean piezas de indumentaria únicas.

Las laneras de la Ciudad son el ámbito natural al que las tejedoras acuden para aprovisionarse de materia prima con vistas a la confección de nuevos diseños, trátese de un hobby, por terapia ocupacional o bien la producción con objetivos comerciales.

Con agujas, a crochet o en telares. Convirtiendo los gruesos y coloridos vellones en prendas clásicas como bufandas, mitones y pulóveres, el tejido artesanal nunca pasa de moda.

Las preferencias estéticas suelen volcarse a las texturas variadas y combinadas, con preeminencia de las lanas rústicas, de mayor grosor, por sobre las de menor diámetro.

PRENDAS QUE VAN DE POLAINAS A SWEATERS

En prendas como polainas, chalinas, ponchos y sweaters, se busca enriquecer las texturas habituales con la incorporación de cintas, fragmentos de gamuza y otros materiales.

Además de tejer con dos agujas y crochet, las tejedoras contemporáneas se le animan a los tejidos en horquillas, macramé y bastidores de todo tipo -tanto triangulares como cuadrados-.

A su vez, los hilados de llama, pashmina, alpaca y angora son garantía de calidad para tapados, "cargos", delicados chales y triángulos; para el ajuar de los más chicos, el cashmilon es una opción muy difundida.