Siliconas: otro caso en coma reinstala la polémica

Es el de una mujer a la que se le reemplazó un implante en Córdoba. Consejos de expertos platenses

El caso de una mujer que permanece en estado de coma en Córdoba después de haber sido sometida a una intervención quirúrgica para reemplazar un implante mamario devolvió el tema al centro de la escena y motivó una advertencia por parte de especialistas sobre la necesidad de realizar controles periódicos de los implantes.

El recambio entraña los mismos riesgos que cualquier cirugía

El caso se produjo a pocos días de que un informe de la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), difundido a fines de junio, recomendara cambiar cada diez años los implantes y reconociera que éstos "no son para toda la vida". Mientras tanto, la ANMAT y profesionales platenses consultados por este diario recomendaron el control periódico de los implantes, pero desaconsejaron el recambio cada diez años para evitar los riesgos propios de cualquier operación.

Esos riesgos que provocaron que la cordobesa Shirley Paulino (32) sufriera una descompensación en los últimos días cuando fue sometida a una intervención quirúrgica en la ciudad de San Francisco (Córdoba) para reemplazar un implante mamario que "se le había encapsulado" y sigue internada en estado de coma en un centro sanitario de la capital de esa provincia.

Paulino fue operada en un consultorio privado de esa ciudad y, a raíz de un paro cardíaco que sufrió en esa oportunidad, con una posterior lesión cerebral por falta de oxígeno en su cerebro, fue derivada al Sanatorio Allende de la capital cordobesa. Desde allí, ayer se confirmó que permanece en "estado delicado". El director médico de la clínica, Carlos Martínez Cano, reiteró que Shirley "tiene una encefalopatía por hipoxemia" y sigue internada "en terapia intensiva con asistencia respiratoria y no responde a estímulos neurológicos".

RAZONES Y RIESGOS DEL CAMBIO

Según el informe de la FDA, "alrededor de una de cada diez mujeres que recurrieron a este tipo de cirugías deberán operarse de nuevo en los diez años siguientes".

Para Carlos Rodriguez Peyloubet, cirujano plástico y ex presidente de la Sociedad Platense de Cirugía Plástica, la necesidad de reemplazar un implante de siliconas es más común en mujeres que se operaron hace 10 años o más. "Con los actuales modelos, esa necesidad es menor, aunque siempre se recomiendan los controles periódicos".

Según el especialista, se estima que entre el 5 y el 10% de quienes recibieron implantes de siliconas de los más antiguos pueden registrar problemas que obliguen a un recambio. ¿La razón?: "El implante mamario es un cuerpo extraño. Por eso, si bien el cuerpo nunca lo incorpora como propio, tampoco lo rechaza, pero forma en torno a él una cápsula de tejido que lo aísla. Esto sucede siempre. Pero en algunos pocos casos esa cápsula de tejido se contrae sobre el implante, lo que puede llevar a que éste se achique o se deforme. Esa contractura tiene grados. En un primer y segundo grado es tolerable. Pero en el tercer grado puede generar molestias y en el cuarto esas molestias se pueden tornar agresivas. En estos dos últimos casos la recomendación es cambiarlo", dice Rodriguez Peyloubet.

Ese recambio entraña los mismos riesgos que cualquier cirugía y es por eso que la recomendación de los especialistas es realizar esa práctica en establecimientos acreditados (que cuenten con la infraestructura necesaria para afrontar una emergencia) y a través de especialistas reconocidos por la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora (SACPER), que cuenta con una nómina en Internet de especialistas certificados que recertifican sus especializaciones cada cinco años (www.sacper.com.ar).

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