Impiden el desembarco de turistas en Malvinas

Bronca, impotencia y desolación en medio de las aguas. Así podría resumirse lo que generó la decisión de no permitir que la tripulación de un crucero baje en las Islas Malvinas, medida que desató la indignación de cientos de turistas que tenían programada ayer una excursión por el archipiélago. La decisión, adoptada por las autoridades sanitarias de las islas ante la supuesta aparición de algunos casos de gaestroenterocolitis a bordo del navío, afectó a los 3.600 pasajeros del crucero norteamericano Princess Cruises, de los cuales unos 600 son argentinos y de otros países latinoamericanos.

"Llegamos a Ushuaia con bandera roja (por los enfermos) pero en ese puerto la cambiaron por amarilla y hasta subieron nuevos pasajeros", contó Flavio Peresson, un platense que participa del crucero por estas horas y que ayer se comunicó indignado con este medio para relatar, en medio de las protestas de los demás turistas, la indignación que sentía buena parte de la tripulación ante la negativa de pisar suelo malvinense.

"Llegamos a las siete de las mañana y el capitán nos informó en un escueto inglés que no íbamos a poder bajar -detalló Peresson-. Somos 3.600 pasajeros y hay veinte personas que tienen síntomas. Es algo insignificante, y por eso hay mucha indignación, sobre todo entre los argentinos que queríamos conocer Malvinas".

El crucero al que ayer se le impidió el desembarco en las Islas Malvinas, hay que decir, partió de la ciudad chilena de Valparaíso el 22 de diciembre pasado y tiene un itinerario que toca los puertos de Puerto Month, Punta Arenas, Ushuaia, Islas Malvinas, Puerto Madryn, Montevideo y, finalmente, Buenos Aires.

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