Lorenzo Silva, premio planeta: “La novela negra refleja las crisis morales de una sociedad”
| 21 de Octubre de 2012 | 00:00

El escritor Lorenzo Silva, ganador del Premio Planeta, el mejor dotado en lengua castellana, con La marca del meridiano , dice que la novela negra es quizá “el género más adecuado para reflejar los problemas morales y éticos que sufren las sociedades, especialmente en época de crisis”.
Silva, el último literato distinguido con este prestigioso galardón cuya recompensa asciende a 782.000 dólares, señala que “la novela negra tiene la ventaja de que, aparte de los conflictos concretos y de las situaciones reales que terminan en un crimen, reflejan muy bien la sociedad”.
Precisa el autor que “hay determinados momentos en la vida de las sociedades que son más interesantes desde el punto de vista de la novela negra, porque generan más historias criminales y una situación en la que esas historias tienen más fuerza”.
Por el contrario, en los momentos de abundancia, aunque también hay criminalidad, los ciudadanos la viven “más de una forma amortiguada, ya que la abundancia -afirma- adormece los sentidos”.
OTRAS CONSECUENCIAS
Desde el punto de vista de los que investigan los crímenes, la crisis también tiene un efecto inmediato, ya que “los agentes trabajan con menos medios”.
Buena parte de las novelas del brigada Bevilacqua y su inseparable compañera, la sargento Chamorro -la que ha ganado el Planeta es la séptima entrega de la popular serie-, recuerda Silva, se han desarrollado en época de prosperidad, “con coches nuevos cada año, y ahora vuelven a utilizar coches requisados a los narcos”.
La gran ventaja que tiene el género negro, subraya, es puede “abordar cuestiones que afectan a la sociedad con un enfoque muy concreto. En la novela negra está fuera de lugar entrar en abstracciones, en grandes discursos, sino que vas a la médula de las situaciones humanas, que son las que tienen más fuerza y que no necesariamente son las que están en los medios”.
Lorenzo Silva no oculta cierta perplejidad al ver que “en los medios de comunicación no aparezcan tanto los 300 desalojos que hay cada día y, en cambio, sí el diferencial de la deuda, que no deja de ser una abstracción”.
EL TIEMPO DE LA NOVELA
El lector habitual de la serie del brigada Bevilacqua y la sargento Chamorro va a encontrar en La marca del meridiano a unos personajes “un poco mayores, como pasa en cada novela, más serenos que en la anterior, con un Bevilacqua que se ha vuelto un poco más filosófico”, así como con nuevos fichajes.
En esos 17 años de convivencia del autor con sus personajes, Silva percibe con interés “cómo en la relación entre ambos los dos se han ido contaminando entre ellos, hasta el punto de que la Chamorro de ahora tiene mucho de Bevilacqua y el Bevilacqua actual también tiene de Chamorro, y en cierto modo en esta novela alcanzan un equilibrio”.
sobre LA TRAMA
El escritor adelantó que la novela cuenta la historia de un hombre que nació en Montevideo y vivió en Madrid y “el meridiano del título es el de Greenwich, la línea que hay entre Madrid y Barcelona”.
Este hombre que vive en Madrid, tiene que investigar un crimen en Barcelona, donde vivió en otra época, y esa pesquisa será también “un viaje a su propio pasado”.
La novela ganadora del Planeta habla de un asesinato de un guardia civil jubilado con el que uno de los personajes tiene un antiguo vínculo, y a partir de esa historia, se pone de manifiesto “la realidad de una sociedad española en crisis económica, pero también en crisis moral y con sus complejidades territoriales”.
“Hay momentos de las sociedades que son más interesantes desde el punto de vista de la novela negra, porque generan más historias criminales y una situación en la que esas historias tienen más fuerza”
La historia de la novela también puede ser vista, en opinión de Silva, como “una metáfora de la historia de aquellos hombres que cruzaron una raya que nunca debieron haber cruzado, hombres que aceptaron un código de honor y que en un momento dado olvidaron ese código” y, en cierto modo, es también la narración de “las equivocaciones éticas y sus consecuencias”.
El jurado del premio Planeta responsable de la elección de la obra de Silva estuvo integrado por Alberto Blecua, Ángeles Caso, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regàs y Emilie Rosales.
Este año participaron un total de 432 obras, de las cuales 325 procedían de España, otras 54 de Sudamérica, 37 de Norteamérica, cinco de América Central, 10 del resto de Europa y una de África.
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