Un barrio en vilo por vecino que amenazaba con suicidarse
| 20 de Febrero de 2012 | 00:00
La perturbadora escena conmocionó ayer, durante casi dos horas, a los vecinos del barrio cercano a la Estación de Trenes: un hombre se había trepado a una antena y amenazaba con arrojarse al vacío, sin siquiera manifestar los motivos que lo impulsaron a tomar esa determinación.
Al pie de la estructura metálica a la que se había subido -en rigor una antena de comunicaciones del Regimiento de Arana-, el llanto y los ruegos de sus familiares se mezclaban con el asombro con que decenas de vecinos observaban el inesperado suceso.
Tras casi dos horas de tensión, en una arriesgada maniobra, los rescatistas subieron a la antena, sujetaron al hombre, identificado como Pablo Alberto Oroná (24), e impidieron que se quitara la vida.
EXTREMA TENSION
La traumática situación sorprendió a los habitantes del barrio, quienes no tardaron en dar aviso al 911, mientras trataban de persuadir al hombre de que no se tire.
Los testigos dijeron que apenas minutos después llegó al lugar personal policial de la seccional segunda, al mando del comisario Gerardo Flores y una dotación del Cuartel Central de Bomberos.
TUVIERON QUE SUBIR
Las fuentes aseguraron que, al principio, los rescatistas trataron de dialogar con la persona que amenazaba con arrojarse para que deponga su actitud. Sin embargo, el hombre no respondía al diálogo que intentaban entablar los expertos, por lo que comenzó a evaluarse la necesidad de realizar alguna maniobra para reducirlo y evitar que se tire.
A cada instante la situación se volvía más tensa. Al pie de la antena estaban la madre del joven y otros familiares, quienes entre lágrimas, le rogaban que no se tire.
Por ello, los expertos realizaron una maniobra de rescate y miembros del Grupo Especial de Salvamento subieron sin que la víctima lo advierta, ya que lo distrajo otro de los bomberos, que logró mantener una conversación.
Un parte oficial indica que cuando los rescatistas consiguieron reducir al joven, le colocaron las ligaduras para sujetarle la cuerda por la cual finalmente lo bajaron de la antena, sano y salvo.
Toda la arriesgada maniobra se vio complicada por las condiciones del clima, debido a que llovía y eso hacía más peligroso cualquier movimiento.
Por el momento se desconocen los motivos que impulsaron a esta persona a tomar esa decisión. Pero lo cierto es que con esa actitud mantuvo en vilo a los vecinos del barrio al menos durante las dos horas que duró el rescate.
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