De la ilusión, a la desazón

A pesar de la derrota el hincha despidió a los jugadores con aplausos

Se sabía de antemano que iba a ser uno de esos partidos realmente "chivos". La tarde estaba ideal para ver fútbol y la ilusión era muy grande por ver otra vez al equipo de Pedro Troglio en acción, que venía de conseguir un importante triunfo en San Juan.

Pero esta vez, el hincha del Lobo fue de la ilusión a la desazón. Porque el partido se moría y estaba complicado para ganar, y ya el empate sonaba a poco. Ni hablar que el gol de la visita fue un verdadero baldazo de agua fría a pocos minutos del final del encuentro.

El hincha una vez más volvió a llenar el estadio del Bosque y a hacer su fiesta. Con muchísimas banderas, con la camiseta puesta y cantando sin parar, abrieron la tarde con un recibimiento espectacular y la gran bandera cubriendo la cabecera del Bosque. El "Dale Lobo, Dale Lobo" atronó más fuerte que nunca cuando el equipo pisó el campo, y el pedido era muy claro: "Hoy hay que ganar basurero, hoy hay que ganar".

Y la gente se entusiasmó con la muy buena producción del equipo de Troglio, porque se veía que el Lobo iba una y otra vez, y el comentario era: "Ya viene, en cualquier momento viene el gol".

El partido era entretenido y el "¡¡uuhhh!! de la gente se sucedía, mientras el arquero Martín Perafán volaba de un lado al otro en el arco que da al Bosque y ahogaba el grito de gol.

A pesar de haber terminado empatado, la sensación era buena de la gente, porque Gimnasia estaba muy bien.

MANO, POLEMICA Y DERROTA

El complemento fue otra cosa. Ya no hubo tantas llegadas sobre los arcos y en especial lo de Gimnasia ya no fue tan bueno. Desde las tribunas, el hincha empujaba, quería un poco más.

Pasaba poco, hasta que a los 39 minutos llegó la jugada más polémica de la tarde y la mano de Lazzaroni. El árbitro dudó un segundo, miró al línea, pero no lo cobró. El hincha no terminaba de lamentarse de esa jugada, cuando apenas un par de minutos después la visita que se pone 1-0.

No quedaba mucho tiempo y el enorme golpe que fue ese gol de Píriz Alves adentro de la cancha, también repercutió en la tribuna porque la ilusión de seguir sumando se deshacía.

A pesar de la bronca por la caída, el hincha despidió a los jugadores con un cerrado aplauso y cantando, como si hubiesen ganado, como premio al esfuerzo que esta vez no alcanzó.

El hincha se fue con bronca, pero el comentario que más se escuchó fue: "vamos que falta mucho"; "todavía puede pasar cualquier cosa"; "ahora a ganarle a River acá en el Bosque". Y así la gran cita para el sábado que viene quedó pactada. Otra vez el Bosque lucirá lleno y los hinchas irán con su ilusión intacta.

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