¿Se van, se quedan?

     Otra noche caliente, con discusiones y enojos. Una más y van... La reunión de Comisión Directiva no tuvo paños fríos. Al contrario. Si bien en la previa ya no se hablaba de renuncias masivas y sí de la intención de recortar poderes e injerencias a Graciela Delmar, el análisis posterior a la reunión deja un final abierto y una enorme incertidumbre en torno al futuro de Gimnasia.
     La intención de quitarle la injerencia en el área de obras a Graciela Delmar y reemplazarla por Daniel Onofri fue el principal punto de discusión. Cerca de las 21.30 (cuando la reunión llevaba ya dos horas) se alzaron las voces y varios dirigentes se fueron de la Sala de Reuniones. Entre las 21.45 y las 22.00 se fueron de la sede Bernardo Supera, Osvaldo De Tomás, Martín Salgado, Javier Di Giano, Juan Ignacio Supera y Fernando Tiatto, entre otros. Tal vez, para continuar reunidos en otro lugar.
     "Sin comentarios", "Cuarto intermedio", "Hubo bronca", "Estamos en lucha" y "tras tocar un tema, algunos muchachos se levantaron de la reunión" fueron las escuetas palabras de los dirigentes que iban saliendo de la reunión. Recién a las 23.54 Héctor Delmar salió de la cochera de la sede manejando su auto, con Graciela Delmar como acompañante. Extendió el brazo en señal de saludo y aceleró, sin brindar declaraciones. A esa altura, Ricardo Gutiérrez y Juan Carlos Basílico eran de los pocos dirigentes que permanecieron hasta el final de la noche. Cerca de las 23, se habían ido Héctor Leguizamón y Marcelo Luque.
     La curiosidad de la noche fue la presencia del camarista Gustavo Spacarotel, quien no es directivo del club y acompañó a Héctor Delmar a la reunión de Comisión Directiva, tal vez como respaldo, seguramente como asesoramiento legal. Y hay quienes aseguran que las razones de público conocimiento impidieron que la madre de la Presidente de la Nación brindara su respaldo a delmar en la reunión de CD. (El Estatuto permite la presencia de socios en las reuniones de CD, claro que no tienen voz ni voto).
     Este 12 de junio, nadie renunció. La pregunta del millón, clara: ¿Y ahora?