Las historias detrás de las historias

La ciencia ficción en la literatura, tal como la conocemos, se construyó por la década del 20'.

Como género, existe desde mucho antes: se puede encontrar en "Las mil y una noches" o en la historia de Dédalo, por ejemplo.

Más cercano a nuestro tiempo y a nuestra concepción del término, tenemos las clásicas historias de Julio Verne y Herbert G. Wells.

Desde ese nuevo comienzo, hasta hoy, hay un nombre que cambió casi por completo la forma de contar una historia con naves espaciales, rayos láser, marcianos...

La maestría de Ray Bradbury en sus relatos no consiste en la "ciencia" o en la tecnología de ese futuro o mundo distinto al nuestro, sino en la aplicación de ese contexto a las relaciones humanas.

Bradbury era un escritor de ciencia ficción, de eso no caben dudas, pero no era sólo eso.

Los mundos creados por él no eran complejos en el sentido amplio de la palabra. Lo que importa en esas historias es la estructura social que ellas presentan. Y sobre todo cómo los protagonistas interactúan con y en esa sociedad.

"Crónicas Marcianas" nació de un rechazo. Bradbury tenía algunos cuentos escritos y andaba en búsqueda de un editor que los publique.

Fueron muchas negativas y un casi: publicarían sus historias si las cohesionaba en una novela.

Así fue naciendo una de las obras más importantes en lo que al género respecta. La lucidez del autor radica en que "Crónicas..." puede leerse como una novela, como algo concreto; pero también se puede aprovechar como historias separadas, sin perder el hilo de lo que el autor quiso exponer cuando unió los cuentos.

El mundo literario perdió hoy a uno de sus máximos exponentes, un hombre al que "le agradaba le gente" según su amigo Neil Gaiman y que nunca olvidó la receta de su éxito: "¡escribir, escribir! Es la única forma, hay que escribir todos los días. ¡Aún lo sigo haciendo, y tengo más de ochenta años!"

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