Una pareja exitosa

Mirta Busnelli y Roberto Carnaghi fueron pareja en la ficción más veces de las que recuerdan. Y hoy se volvieron a encontrar para hacer 25 puntos de rating en “Graduados”, la tira que conquistó definitivamente al público.

El no luce músculos de gimnasta y ella no está para la pasarela. El no oculta sus canas y ella no pretende tener menos años de los que tiene. Los dos construyeron familias en las que el amor es el personaje principal. Todo esto les regaló la vida y, además, un talento fuera de serie a la hora de ser lo que son: una actriz y un actor que enamoran a la platea con su capacidad para transmitir sentimientos. Sea cual fuere la circunstancia, Mirta Busnelli y Roberto Carnaghi siempre son creíbles.

Llegaron a un escenario desde lugares muy distintos: ella estudiaba psicología, carrera que abandonó para estudiar teatro con Juan Carlos Gené. El se ganaba la vida como vendedor de una imprenta hasta que decidió que su vida era el teatro y nada más que el teatro. En “Graduados” son Dana y Elías, un matrimonio judío, padres de dos hijos.

“En la Facultad estaba todo mal -recuerda Mirta-. Yo cursaba Psicología en los tiempos del gobierno militar de Onganía. Abandoné y me dediqué a full al teatro. Mi madre no me lo reprochó... hasta pasado muchos años. Trabajé en cine, televisión y teatro on, off...¡el que quieras! Hasta hice café concert con Gasalla y Perciavalle. Y estudié canto, pero no me animaría a una comedia musical, porque respeto mucho a la gente que canta bien”.

“Yo trabajaba como vendedor -cuenta Roberto-. Ganaba muy buen dinero y por la noche hacía teatro vocacional en San Isidro. Cuando me anoté en el Conservatorio cambié de trabajo para poder ir a las clases. Allí me enamoré de Julia, mi mujer. Quedó embarazada. Entonces empecé a vender libros, cacerolas... para sobrevivir. En mi tiempo libre seguí estudiando con Carlos Gandolfo y Alberto Ure. Hice cien avisos, sesenta obras, cincuenta programas de tevé y cuarenta y cuatro películas. Mi vida es y será actuar”.

PASIONES Y AMORES

Carnaghi, el hombre, está casado con Julia Blanco (actriz y maestra de actores). Tiene tres hijos y tres nietos. Vive en Villa Urquiza en una casa que construyó a su medida. En el fondo lo espera, cada fin de semana, su otra pasión: la parrilla, donde hace asados para los amigos. Le encanta hacer las compras en el supermercado. Siempre cocina demás por si cae, sin avisar, alguno de sus hijos.

Busnelli, la mujer, vive sola en un departamento de Barrio Norte. Con sus amigos de toda la vida se encuentra en restaurantes que les garantizan buena comida. No es de invitar gente a su departamento porque “no puedo relajarme”.

Eso sí, todo el tiempo recibe la visita que más espera: su hija, Anita Pauls. A la vez, los fines de semana es ella la que visita a sus tres hermanas y a su madre, que ya tiene 97 años.

Hombre, actor, cocinero, abuelo y papá, claro. Un papá con un touch de humor muy especial. “Cuando eran chicos -confiesa Roberto- mis hijos me preguntaban por qué en la televisión era tan cómico y en casa tan caracúlico”.

Pero él tenía una respuesta: “Porque en la tele me pagan y acá vivo. No soy mezquino y amarrete como Elías, mi personaje en Graduados. Siempre que puedo ayudo a mis hijos. Me parezco a Elías en que somos de una gran firmeza afectiva”.

Mujer, actriz, hija y mamá, claro. “Soy cero protectora -revela Mirta-. Con Anita íbamos juntas a tomar clases de francés, pero en un punto no coincidieron nuestros horarios y ella las toma sola y en casa. Compartimos una pasión: nos gusta disfrazarnos”.

Pero hay algo que a Mirta no le gusta: invadir la intimidad de su hija. En realidad, la de nadie. Ni siquiera la de sus hermanas. Dice que eso lo supo desde siempre.

“No me meto en su vida privada. Nos respetamos y cuando quiere contarme algo me llama porque sabe que no soy preguntona. Somos buenas compañeras -aclara sobre su hija Ana (la novia del periodista Clemente Cancela)- Nunca la presioné para que me diera nietos, a pesar de que en los últimos tiempos los chicos me emocionan mucho”.