Los herederos del Mono
| 23 de Noviembre de 2013 | 00:00
El equipo campeón de 1913 tuvo muchos caudillos anónimos. Uno de ellos fue Edmundo Ferreiroa, el hermano menor de Saúl y Antonio, dos de los fundadores de Estudiantes.
El Mono, como se lo conoció por entonces, fue un volante central de mucha marca y despliegue, que entre sus muchas anécdotas recordó una en el diario EL DIA: “En 1910 me tocó hacer la conscripción en Zárate, pero aun así no me perdí un partido. Dormía en una fonda y me pagaba los pasajes en tren a La Plata. Era un gusto jugar con esos muchachos...”.
Edmundo se casó con Filomena Gómez y tuvo dos hijos: Mario y Lidia. Esta última, con 90 años, todavía sigue los partidos del Pincha por la televisión y guarda todos los tesoros de su padre.
Mario, por su parte, tuvo dos hijos: Liliana, que se alejó de La Plata y Marcelo, de 54 años, que mantuvo la tradición futbolera. Padre de tres hijos, bisnietos del Mono, Silvina (26), Germán (24) y Juan Ignacio (17).
Ferreiroa fue una persona muy importante en la vida del club. Porque fue el primer cobrador oficial. “Empecé en 1920, por una tozudez de Félix Tettamanti y Alfredo Lartigue”. Estuvo 43 años trabajando en la afiliación y cobranza de los socios. Murió en 1970 y su nieto, que se lamenta tener un recuerdo lejano, con una sonrisa dice: “Por lo menos lo pudo ver campeón del mundo”.
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