Conociendo a Flynn

Robert De Niro es uno de esos actores de Hollywood que no deja de actuar nunca. Vive en Nueva York pero es un actor de Hollywood y se “filma todo”, películas buenas, malas, regulares, aceptables, desechables, papeles chicos (pero destacados) y protagónicos, por supuesto. Aquí hace de un escritor mediocre (él cree ser una especie de genio de la literatura norteamericana) y todo gira sobre la deteriorada relación con su hijo. Hay algunos toques urbanos más o menos realistas, con el reconocimiento de que en Estados Unidos hay mucha gente que vive en la calle, como en cualquier pobre país pobre. Al final se arregla la relación padre-hijo y el desenlace no intranquiliza al espectador ni le hace cuestionarse nada; en cambio, le deja –como siempre en películas con el actor- la “vanidad” de haber visto “una de De Niro.