Corriendo no le van a ganar

Convicción. Concentración. Orden. Presión. Despliegue. Entrega. Gimnasia, plenamente conciente de sus limitaciones, empezó el torneo con el pie derecho. Parecía empate clavado, fue victoria gracias a la notable efectividad de Lucas Licht desde el punto del penal. Y gracias a las manos de Monetti. Y al esfuerzo de todos. Volvió Gimnasia. Sumó de a tres. Se disfruta. Pero esto recién empieza...
     El equipo de Troglio tiene su ADN. Está absolutamente identificado con el entrenador. Y, además, hay una identificación cada vez mayor, casi una mancomunión entre el equipo y la gente. Gimnasia puede jugar bien o mal, mejor o peor, pero no deja lugar para reproches. No se guarda nada. El camino está marcado, es este. Solamente debe seguirlo.
     ¿Faltó fútbol? Sí. ¿Estuvo impreciso en el medio? También. ¿Falta adelante? Puede ser. Es cierto también que enfrentó a un rival con buen manejo de pelota y no todos los rivales tienen a Carbonero, Ledesma, Ponzio o Lanzini. Contra menos precisión, tendrán que dar más aún Nacho y Mussis. Y ante Central volverá Matías García que hoy es recontratitular en este equipo.
     Fernando Monetti fue la figura con dos atajadas brillantes, una puro reflejo y la otra brillante ante el cabezazo de Giovanni Simeone. Juan Carlos Blengio se cansó de rechazar y también tuvo su lugar en el podio. Y Lucas Licht jugó bien, más allá del penal. Después, altas y bajas pero sin defraudar. Y dejando todo. Absolutamente todo.
     El Lobo empezó bien, mostrando garras y dientes en el Bosque. Es esto. Un equipo guerrero, que se siente cómodo en la trinchera. La victoria sobre River es un buen paso para asomar la cabeza del pelotón del fondo. Por ahora, solamente un buen primer paso. Falta desandar el camino. Lo importante es saber como está trazado.