Una joven de 24 años murió al chocar con el auto en 120 y 67

Iba con una amiga que resultó con graves heridas. Creen que volvían de bailar

UN POSTE CAYÓ SOBRE EL AUTO EN EL QUE IBAN LAS JÓVENES

Había salido, aseguran los vecinos, a divertirse y disfrutar junto a su amiga de la noche platense. Pero el drama furioso y repetido de la locura del tránsito en la Región, convirtió su historia en una más, dolorosa e inentendible, entre las 91 víctimas que la inseguridad vial ya se cobró en la Región en lo que va del año.

Su nombre era Jaquelina Ailen Yanibelli y vivía en el barrio de Villa Catela, en Ensenada. Ayer a la madrugada, sus jóvenes 24 años se estrellaron para siempre con la tragedia sin fin de los accidentes. Fue cuando perdió el control del vehículo Renault Sandero, patente LHO-764, que conducía por la zona de 120 y 67.

Sin que, en principio, interviniera ningún otro vehículo, el auto que manejaba derrapó, se subió a la vereda y se estrelló contra un poste de luz, a escasos metros de una parada de colectivos.

El impacto fue de tal magnitud, que el poste, que sostenía un tendido de cables, cayó sobre el vehículo y lo atravesó, dijeron los testigos.

Si bien la mecánica del siniestro aún se investiga, al parecer eso provocó que parte del techo y un parante del auto golpeara a la joven, que murió prácticamente en el acto.

“Oí un ruido terrible, como una bomba”, dijo Esteban un vecino de la cuadra que enseguida salió a la calle para ver qué ocurría y se encontró con ese cuadro desgarrador.

La otra chica, que viajaba sentada en el asiento del acompañante, a quien la Policía identificó como Sabrina Herrera, había sufrido graves lesiones y pedía auxilio a gritos. Todo fue drama y desesperación. Un grupo de jóvenes que pasaba por el lugar intentó mover el auto, para rescatar a la joven. “Les pedí que dejaran todo como estaba hasta que llegara la Policía y los Bomberos”, indicó Esteban.

Después de un intenso operativo para dar vuelta el vehículo, que había quedado volcado sobre un lateral, los rescatistas sacaron del habitáculo a Herrera, que fue trasladada de urgencia al hospital Rossi, donde sigue en grave estado.

Era una chica “sana, excelente”, repetían, con dolor, los vecinos de Yanibelli. Ninguno de ellos podía explicarse el instante fatal en que la locura del tránsito se la llevó para siempre.

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