Los cambios de moda en la economía argentina

Por OSVALDO GRANADOS

En Economía siempre sobraron las etiquetas y las frases hechas. Algunos se preguntan: ¿es una religión la Economía?

No . Son modas.

En una década se pone algo de moda y todos la abrazan con fervor. No sólo en Argentina, también en la Región.

En los ´80, la deuda condicionó a todos. La inflación fue una epidemia. Empresas públicas en rojo.

Los cortes de luz y de gas eran cosa de todos los días. Los teléfonos no existían.

En los ´90 , el trauma de una hiperinflación de 800 % en un mes le permitió a Menem y Cavallo hacer a su antojo. La convertibilidad, las privatizaciones y la consigna: “El Estado no sirve”

Llegaron la recesión y el desempleo.

Después de la crisis de 2001, la frase cambió :“ Más Estado y menos privado”.

Llegaron los subsidios que crecen como la tarifa de un taxi.

Repartir si, invertir no.

Llegamos a importar 13.000 millones de dólares en energía.

La Cámpora nos muestra en Aerolíneas Argentinas que la ineptitud puede ser privada o estatal.

La gente ahorra en dólares y los esconde.

El congelamiento tarifario fue el ancla antiinflacionaria.

El primer año de la era de Néstor, la inflación fue del 13,4 % y la expansión del PBI, 8,8 %.

La etapa de alto crecimiento duró hasta el 2011, con la excepción de 2009.

El congelamiento tarifario llevó a que las empresas disminuyeran las inversiones.

La Argentina ya no pudo abastecerse.

A partir de 2007, el modelo entra en una nueva fase, donde las tasas de crecimiento, se mantienen altas, pero la inflación sube.

Intervinieron el Indec, se rompe el termómetro. Ninguna cifra desde allí será creíble.

LA HERENCIA

La economía camina en medio de la niebla. Desde octubre habrá que fijarse en la herencia.

Primero el tema de la deuda. Dejan a los holdouts, y los fondos buitres con fallos a su favor en la Cámara de Nueva York.

El Club de París con 9.000 millones de dólares. Alguna vez habrá que sentarse a negociar.

El Ciadi, los juicios de empresas iniciados a nuestro país por no cumplir los contratos. La confiscación a Repsol.

Se pierden reservas.

Frente a la sangría apareció el cepo.

Los inversores que quedaban se espantaron.

Nadie ingresa dólares a un país donde no los podes sacar. Resultado: escaló el dólar paralelo.

Se apunta también a la mala praxis. El precio de la soja y la elevada presión tributaria hace que nadie entienda por qué faltan dólares y existen problemas fiscales.

El mercado laboral se frenó. El trabajo en negro se mantiene en un 36 % según estimaciones privadas.

Después de agosto todos se atreven.

El titular de la UIA, Héctor Méndez dijo que se necesita un ministro de economía “ fuerte” . Dudó del dialogo social.

Hernán Lorenzino dijo que la Presidenta toma las decisiones.

Débora Giorgi cree que si hay un ministro fuerte es porque hay un presidente débil. “Así nos fue”, señaló.

En la década del ´90, teníamos a Menem y Cavallo. Finalmente el Presidente lo desplazó a pesar de las criticas del Frepaso, presidido por Chacho Alvarez que consideraban al ministro como el líder natural de la convertibilidad. Cavallo, para ellos, era el “puro” y Menem el “corrupto”.

Todos estaban enojados. Además piensan que después de las elecciones de octubre, algunos pasaran a retiro.

Lorenzino sueña hace mucho tiempo con pasar a la actividad privada. Piensa que todo lo que le pasa es un mal sueño. Se quiere ir.

Le preguntaron en una encuesta a los directivos de la UIA: cuándo tienen algún problema con los costos, la importación, la exportación, los precios ¿a quién consultan?.

El 100% dijo a Guillermo Moreno.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE