Fabricando nenas, monstruos y muñecas

ESCENA DE “WAKOLDA”, EL ÚLTIMO FILME DE LUCÍA PUENZO QUE SE ESTRENÓ EN LAS SALAS LOCALES

Por ALEJANDRO CASTAÑEDA

WAKOLDA, de Lucía Puenzo.- El cine sugerente de Lucía Puenzo va tras los pasos de Mengele, un monstruo que andaba en los 60 por la Patagonia buscando con sus inventos genéticos alcanzar el superhombre.

Un matrimonio (Diego Peretti, cada vez mejor actor y la siempre exacta Natalia Oreiro) con sus tres hijos, viaja hacia Bariloche para reabrir una hostería. Y se une al viaje un profesional alemán de mirada inquietante. En esa comunidad los nazis tiene un verdadero refugio: escuela, hospital, amigos. Pero la verdadera protagonista es Lilith, hija de ese joven matrimonio, una adolescente con trastornos de crecimiento que se acerca peligrosamente a ese extranjero que promete ayudarla a crecer. Puenzo se sirve de un suceso histórico para reflexionar sobre sus temas de siempre: la niñez abusada, el registro de una realidad ambigua, la presencia de una crueldad callada pero inminente, el desfile de seres incómodos que no se dan por vencidos. Pero, como en otros filmes de Puenzo, la historia se dispersa, pierde fuerza, aparece algún subrayado innecesario (Mengele experimenta con la infancia y Peretti fabrica muñecas) y los subtemas (la relación del madre con el pasado y de la nena con su peligrosa curiosidad) son tratados muy por arriba. Más allá de esos lunares, el filme reconstruye bien la época y sabe retratar esos personajes de Puenzo que chocan contra una realidad que acecha una paz hogareña siempre tensa y comprometida. Es un film sugerente y cuidado, pero promete más de lo que logra. (*** BUENA)

SOMOS MUCHO MAS QUE DOS

DOS ARMAS LETALES, de Baltasar Kormakur.- La idea de pareja despareja en el cine de acción parece agotada, pero los libretistas siempre le encuentran una nueva vuelta. Aquí se trata de dos tipos que andan disfrazados de ladrones para pagar antiguas cuentas y volver al sistema. Uno trabaja para la DEA y el otro para la Marina. Y por supuesto, no lo saben. La idea es robar, aunque lo que persigue cada uno es poder llegar a partir de allí a un pescado mayor. Pero claro, ignoran que ese montón de plata que se roban no es de un narco mexicano sino de la mismísima CIA. Y entonces todo se complica, porque serán perseguidos por los narcos, la marina y la CIA. Al resto se lo imaginan: con toques de comedia desaforada, mucha acción y gran despliegue, los dos agentes saldrán a flote y se empezarán a mirar con simpatía. El film entretiene y tiene un plus a favor: Denzel Washington, uno de esos actores que con su sola presencia mejora cualquier película. (*** BUENA) .

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