Más casos de dermatitis y gastroenteritis

Durante el verano las consultas por infecciones de la piel y problemas digestivos desplazan a las respiratorias

EN PLENA OLA DE CALOR SE POTENCIA, EN LOS ASENTAMIENTOS DE LA PERIFERIA, EL RIESGO DE ENFERMEDADES EVITABLES

Si en el invierno la consulta más común que atienden en la guardia procedente de barrios vulnerables es la motivada por problemas respiratorios, los días de verano desplazan a ese motivo del tope de a estadística para instalar, en su lugar, a los consultas dermatológicas y las gastrointestinales.

Así lo indica María Marini, directora del hospital Noel Sbarra (ex Casa Cuna), quien destaca que el efecto del calor se nota en un incremento de las infecciones en la piel y en las partes blandas del cuerpo y también de los trastornos gastrointestinales.

“Algunas de estas infecciones se curan con tratamientos ambulatorios con antibióticos orales o endovenosos, pero otras requieren internación”, indica la profesional.

ACCIDENTES

Marini destaca asimismo que, con los calores más intensos también aumentan las consultas por accidentes domésticos, derivados de las instalaciones eléctricas precarias o el uso de elementos como ventiladores.

De entre todos los habitantes de los barrios carenciados, los más expuestos a estos problemas son los más chicos, los ancianos y las mujeres embarazadas.

EVITABLES

“Lo más preocupante de esto es que en todos los casos se trata de problemas evitables. Pero que por más que los vecinos tomen algunas medidas de prevención, como la de no quemar basura -porque puede provocar infecciones respiratorias- no alcanza; se necesitan soluciones estructurales: que se erradiquen los basurales, por ejemplo, que son cosas que el vecino no puede hacer. Además estamos hablando de barrios donde habitualmente el calor se suma a otros factores que potencian el problema, como la falta de agua, la ausencia de árboles, la presencia de zanjas y aguas estancadas y el hacinamiento”, dice Marini.

Todos estos factores actuarían potenciando el riesgo de las olas de calor, al igual que el uso de materiales de construcción que no funcionan como aislantes térmicos y que producen que la temperatura sea notoriamente superior en el interior de las casillas que en el exterior.

EN INVIERNO: LA CONTRACARA DE UN MISMO PROBLEMA

Esta situación tiene su contracara en el invierno, donde nuevamente, los barrios carenciados vuelven a ser más vulnerables a los rigores de la temperatura que ningún otro lugar de la ciudad.

En esa estación, las consultas que llegan desde los barrios tienen que ver fundamentalmente con afecciones respiratorias provocadas por el frío y el hacinamiento en que normalmente se vive en las casillas.

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