Ni Boca ni River, la Copa de Oro fue para el Pincha
| 19 de Enero de 2014 | 00:00

Se jugaban mucho los dos equipos, que afrontaron este choque con sus titulares, y si bien en un principio se pensó que la balanza se inclinaba para Boca, que pasó a ganar con un golazo de tiro libre de Juan Sánchez Miño a los 19’ del primer tiempo, sobre el cierre River logró equilibrar el trámite y lo empató a los 41’ a través Jonatan Maidana.
Los dos terminaron con un hombre menos. En el cierre de la primera etapa fue expulsado el Cata Díaz, en Boca, y en el cierre del partido corrió igual suerte el capitán de River, Fernando Cavenaghi.
Buen primer tiempo en el Minella en donde no cabía ni un alfiler en las tribunas.
Y ese primer tiempo tuvo de todo. Goles (uno por cada bando), momentos de Boca y momentos de River, pasajes de buen juego, mucho empuje y vibración, como en todo Superclásico, aunque éste fuera de verano, y un cierre con polémica.
Porque en el gol de River para el 1-1, muchos vieron que Jonatan Maidana, el autor, fue con plancha sobre el arquero Orión, y porque se antojó como exagerado, luego, que el Cata Díaz fuera expulsado por el árbitro Delfino por una protesta, aunque airada, sin dudas.
Donde no quedaron dudas fue en el tanto que abrió el partido en el mundialista marplatense. Fue un golazo el de Juan Sánchez Miño.
Despidió, en ese tiro libre (antes, foul de Maidana al debutante, y muy hábil, Luciano Acosta), un bombazo de aquellos, y de zurda. La pelota superó por arriba la barrera y se le metió a Barovero contra su palo izquierdo. El golero de River pudo tocar ese balón.
Minutos antes, el propio Barovero le había desviado a Gigliotti un cabezazo de gol, y como Boca, tras un comienzo impreciso fue mejorando en la presión, el quite y el juego, se hizo dueño del partido.
Además, el equipo de Bianchi conseguía entrarle por las puntas a su rival y, como River perdía las marcas había olor a más goles.
Sin embargo Boca se replegó tras el tanto, cedió la pelota y se paró de contra, apostando a la movilidad del atrevido Acosta, que mostró chispazos de un fútbol interesante, y la dinámica de Sánchez Miño y Juan Manuel Martínez por las bandas
Pero en el momento menos pensado levantó cabeza el equipo del Pelado Díaz. Y antes de abrazarse al empate, tras un centro pasado de Vergini desde la izquierda, Teo la bajó de cabeza habilitando a Ponzio que no pudo conectar porque se la desviaron y luego Cavenaghi le entró cruzado pero alto.
Se calentó el partido y, por una protesta airada por un córner, Delfino mandó a las duchas a Díaz, con lo que significa jugar 45’ con un hombre menos.
En concreto, en ese primer tiempo que tuvo de todo, Boca fue más que River, pero el Millo, en 5 minutos cambió la historia y dejó abierto un interrogante muy grande.
Bianchi, obligado, puso a Joel Rodríguez por el pibe Acosta y transformó el inicial 4-2-3-1 en un cauteloso 4-4-1. Lo esperó entonces a River que disponía de la pelota, pero sin profundidad.
River, entonces, se encerró solo. Se desordenó tácticamente y no tuvo cambio de ritmo ni abrió el frente de ataque, que era lo que se imponía anoche. Los errores conceptuales que exhibió fueron importantes. Y así el partido se equilibró hacia abajo y esporádicas apariciones de Cavenaghi y Gigliotti en las áreas generaron algunas acciones de riesgo e interés.
Se despertó en el final River, que generó algunas chances, como una chilena de Villalva que tapó Trípodi, el reemplazante del lesionado Orión.
Sobre el final se fue expulsado Cavenaghi.
Nunca supo River qué hacer con un jugador más, nada muy diferente al año pasado. Sin ideas, sin fútbol... ¿Boca? Bien en el primer tiempo -algo flojo abajo- y sólido en el segundo, con uno menos, en donde se las compuso para frenar a su rival.
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