Cada vez menos estaciones de servicio en la Región

Por ALEJANDRO SALAMONE

El efecto dominó parece no tener fin y desde 2010 a esta parte ocurrieron unos 30 cierres de estaciones de servicio en el Gran La Plata. En claro contraste, apenas cinco se inauguraron en ese lapso de tiempo, según los datos brindados desde la Unión de Expendedores de Nafta y Afines de La Plata y la Federación de Entidades de Combustibles de la Provincia (Fecoba).

Donde había una estación ahora hay un edificio, un estacionamiento, un lavadero de autos y, en el peor de los casos, ruinas en terrenos que quedaron abandonados, tanto en el casco urbano como en la periferia de nuestra Ciudad (ver fotos).

Según un relevamiento realizado por este diario, fue entre 2010 y 2011 cuando más se hizo sentir este fenómeno. En esos dos años bajaron sus persianas más de 20 estaciones en el Gran La Plata -un cierre cada 30 días promedio-.

Los referentes del sector a nivel local apuntaron que “muchas de las estaciones que lograron sobrevivir, lo hicieron gracias a la incorporación de surtidores de GNC, lo que significó un gran alivio al hacerlas más rentables”.

Hoy por hoy, la mitad están “dualizadas”, es decir que expenden naftas y GNC.

LAS CAUSAS DE UN FENOMENO QUE NO SE DETIENE

El presidente de Fecoba, Luis Malchiodi, atribuye las causas del cierre a distintos factores. Uno de ellos, quizás el que más afectó al rubro, es el “abandono” de las petroleras a las estaciones de bandera blanca, que hoy contabilizan unas 40, contra el resto que sí llevan bandera de algunas de las petroleras, y cinco que pertenecen y administran en forma directa las empresa Shell, Esso e YPF.

Entre 2010 y 2011 bajaron sus persianas más de 20 estaciones en el Gran La Plata -un cierre cada 30 días promedio

“El manejo siempre fue arbitrario, ponen cupos de entrega de combustibles y hay que vender hasta donde ellos quieren. Eso hace perder rentabilidad y en épocas de mayor consumo, cuando la venta de autos era récord, muchos recordarán que las estaciones se quedaban sin nafta ni gasoil, justamente porque no recibían la cantidad suficiente”, explicó el dirigente.

Así, durante mucho tiempo, varias de las estaciones que luego terminaron cerrando se mantenían abiertas porque también funcionaban como playas de estacionamiento, dijeron los dirigentes del sector.

Para Malchiodi, si bien existen otros factores que llevan a la situación descripta, el principal es que “no podemos conseguir que el Gobierno garantice el abastecimiento de nafta y gasoil a las estaciones... La secretaría de Energía se desentiende del tema. De hecho y hasta no hace mucho muy frecuentemente se hacía notar la falta de combustibles en los surtidores porque los cupos que arbitrariamente ponen las petroleras a los negocios del rubro no alcanzaban para abastecer el mercado. Y eso ocurría tanto en La Plata como en otras ciudades de la provincia de Buenos Aires”, expresó el dirigente, y agregó que “por eso muchas terminaron bajando sus persianas”.

Otro tema que remarcan los estacioneros y que afecta la actividad, es la proliferaron en los últimos años de decenas de lubricentros y lavaderos en los barrios, sin habilitación, que hicieron que las estaciones dejen de ser de servicios como dice su nombre, ya que no hacen más cambios de aceite o lavados de autos, entre otras cosas, y sólo se limitan a expender combustible o GNC.

El sector acusa a las petroleras de presionar a estacioneros independientes a través del desabastecimiento para que cierren sus expendedoras. En ese razonamiento, las oficiales tendrían menos competencia en el mercado a la hora de vender combustibles.

CAIDA EN LAS VENTAS

Otro problema bien actual que afrontan las estaciones, tiene que ver con una caída en las ventas en los últimos meses que repercute con fuerza en los comercios del ramo.

Son cada vez menos los que se animan a pedir “tanque lleno” cuando entran a cargar nafta a una estación de servicio. Así lo advierten por estos días los expendedores de combustibles de nuestra región quienes coincidieron, durante un relevamiento publicado recientemente por este diario, que las ventas cayeron durante septiembre en aproximadamente un 12 por ciento -según el producto- en comparación de lo que se comercializaba mensualmente durante los primeros meses de este año.

Desde el sector atribuyen el fenómeno, que ya se insinuaba a principios de año con respecto al 2013, a la inflación y la recesión. Y en esa dirección destacan que “la baja en la venta de gasoil se debe a menor actividad económica mientras que la de nafta, un poco más acentuada, tiene que ver con el incremento de precios, que en lo que va del año alcanza el 44 por ciento y no se descartan nuevos incrementos de acá a diciembre.

Malchiodi concluyó: “En los surtidores se nota la menor demanda, “es real una baja en las ventas del 12% en combustibles y eso se da porque la gente siente el impacto del aumento de precios de las naftas y se nota además menor actividad económica que repercute en la venta de gasoil”.

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