Un cierre muy reñido y hostil

La disyuntiva que millones de brasileños llevarán consigo a las urnas el domingo al decidir si reeligen a la presidenta izquierdista Dilma Rousseff o apuestan a su rival conservador es clara: ¿Se puede reactivar la economía sin dejar de reducir la desigualdad social?

El Partido de los Trabajadores de Rousseff encabezó un período de crecimiento económico de una década que sacó de la pobreza a millones de brasileños. Pero la economía se desaceleró en los últimos años y el electorado debe pronunciarse ahora acerca de quién es la persona más indicada para reactivarla, si la Presidenta, quien mantuvo los programas sociales iniciados por su predecesor Luiz Inácio Lula da Silva, o el senador Aécio Neves, miembro de una dinastía política y quien sorprendió al terminar segundo en la primera ronda de los comicios.

La segunda vuelta del domingo se perfila como la más reñida hostil e impredecible desde el fin de la dictadura militar en 1985.

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