Una modalidad que se contagia

Los robos a cajeros automáticos no son una modalidad usual, pero en los últimos meses se han registrado algunos casos llamativos, lo que permite suponer que los ladrones se retroalimentan con estos golpes.

El último asalto resonante de este tipo sucedió hace exactamente diez días. El 15 de octubre, a las cuatro de la madrugada, un grupo de ladrones hizo estallar un cajero automático de una sucursal del Banco de la Patagonia que se ubica en Mataderos. Cuando los ladrones huían del lugar con el dinero del cajero, tiraron “miguelitos” sobre la calle para cubrir su escape, cosa que se vio reflejada en el caso de ayer.

Durante la final del mundial, en la provincia de Córdoba, un grupo de ladrones realizó un robo de película. Taparon las cámaras de seguridad, hicieron volar la tapa del cajero mediante una explosión y escaparon sin dejar rastro con 800 mil pesos. Curiosamente, también sucedió en una sucursal del Banco de la Patagonia.

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