La avenida 7, “tomada”

Desde que comenzaron las obras en la facultad de Humanidades, los “manteros” se mudaron a la vereda del Rectorado - 7 entre 47 y 48 - y ocuparon cada metro de esa cuadra.

De unos seis puestos que se contabilizaban a principio de año, pasaron a ser unos 25. Entre otros productos se ofrece ropa, frutas y verduras, golosinas y una media docena de vendedores exhibe bijouterie, anteojos y sombreros.

Además, en 6 y 48, hay un puesto de venta de antigüedades, otro de golosinas, uno de frutas y otro de medias y ropa interior. Los vendedores ambulantes están instalados y mantienen la rutina de desplegar sus productos a eso de las 9 y extender la jornada laboral hasta las 17.

Para ellos la avenida 7 es mejor vidriera que la que tenían a la vuelta, porque sobre 48 lo que más prosperaba era la venta de libros o panes rellenos y ahora tienen una clientela al paso que se tienta con llevar desde fruta de estación hasta camisetas deportivas, anteojos o pantuflas. Si bien existe la idea de que en muchos rubros los productos son mas baratos que en los comercios, en la recorrida se pudo comprobar que las frutas y verduras se ofrecían a los mismos precios que cualquier verdulería de barrio.

En el rubro de lencería ocurre algo parecido. El precio de las medias o la ropa interior es similar al que se observa en negocios afines de diagonal 80, con la salvedad de que en los comercios se entrega factura.

Los comerciantes que tienen sus locales cerca de ese espacio califican la cuadra del Rectorado como una mini sucursal de la feria que hay en 96 y 117 o la de San Carlos. Cabe aclarar que en esos lugares los puesteros están habilitados.

Los “ambulantes fijos” saben que nadie los va a sacar de una zona que es considerada como un ámbito federal por ser de la Universidad Nacional.