Eterna, oscura y metálica cadencia

“He vuelto de entre los muertos y mi nombre ya no será parte del pasado sino también del futuro”. Traducida del francés, la cita que los platenses de Corpus Christi eligen como carta de presentación para su primer disco en diez años, conjura el tono de sus obsesiones de siempre y proyecta las aspiraciones que se cocinan en su presente.

La banda formada en 1995 está de vuelta, con nueva formación y nuevo álbum: el EP “In ethernum”, con el que los históricos Laro Bidonde (batería), Quito Ferrucci (guitarra), Darío “Mono” Gauna (bajo) y José “Negro” Rivera (voz), junto al nuevo tecladista (Elio, ex Furtivos) y el productor Duque (Cancerbero), encaran un sonido contemporáneo dentro del genéro -doom metal- en el que fueron pioneros.

Esa raíz oscura volvió a brotar en canciones de reciente factura, con bases morosas, riffs saturados, voces que alternan lo inteligible y lo gutural, teclados que modulan densidades asfixiantes y pinceladas de ritmos tribales.

Así arriban a lo que describen como “la sofisticación de las respuestas a las más profundas y oscuras dudas existenciales, en medio de una atmósfera densa y embriagadora y un retorcido laberinto de ensoñaciones mórbidas”.

Los comienzos de la banda se remontan a 1995, cuando los ex Cancerbero Laro y Quito se unieron con Gauna y Rivera. En septiembre de ese mismo año editaron su primer demo de 5 tracks, “Corpus Christi”, en una tirada de 300 unidades que se agotó en cuestión de semanas.

En 1996 grabaron “Soledades”, su segundo demo, con tracks melancólicos como “Tristeza de junio” y “Soledades”; lanzado con el apoyo del sello nacional “Stormsouls”, cosechó excelentes críticas.

Después de varias temporadas sabáticas, entre 1997 y 2001, el dúo originario reclutó a la cantante Eve L’Emperatrice, dando un giro hacia el rock gótico e industrial y grabando el EP “For who lives in the shadow of the fatality (2003).

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