Ruptura del tendón de Aquiles

Por DR. NORBERTO FURMAN
Doctor en kinesiología y fisiatría

¿Cuántas veces en la vida se nombra a este tendón?, tal vez para señalarnos que algún punto débil está presente en nuestro camino.

Y las suposiciones no están tan lejos de la realidad.

Este tendón tan potente en su estructura suele debilitarse, en ocasiones, provocando su ruptura.

Esta ruptura puede ser parcial o total y se localiza con preferencia en la porción más angosta del tendón, cerca del talón.

Se produce con más frecuencia en hombres entre los 35 y 40 años de edad, sobre todo en aquellos que no realizan actividades físicas, de trabajos sedentarios, que de pronto demandan una exigencia física o una actividad más violenta.

CAUSAS

La ruptura puede ser causada por un traumatismo directo sobre el tendón, cuando éste se encuentra tenso; por un movimiento brusco del tobillo con un tendón no preparado para realizarlo o también por un estiramiento exagerado con el tendón ya demasiado distendido.

Los síntomas son dolor agudo y lacerante en la parte inferior de la pantorrilla con el cual es imposible la deambulación.

El tratamiento tiene que ser urgente y no es otro que el quirúrgico, ya que un día o una semana en esta resolución retrasa notablemente las posibilidades de éxito posterior

Hay hematoma en la zona afectada e hinchazón alrededor del tendón en la zona del talón.

El paciente con ruptura del tendón de Aquiles no puede elevarse sobre los dedos y las rupturas parciales, pueden convertirse en totales luego de algún tiempo con un signo de caída de la persona cual si le hubieran hecho una zancadilla, con lo que el desconcierto del individuo aumenta.

El tratamiento tiene que ser urgente y no es otro que el quirúrgico, ya que un día o una semana en esta resolución retrasa notablemente las posibilidades de éxito posterior. Hay que tener en cuenta que el tendón carece de circulación y ya que la sangre es la encargada de la pronta cicatrización, al no tenerla, los tiempos de rehabilitación son muy prolongados. Por eso, ante la ruptura de este tipo, no hay que evadir la realidad ni orientar la solución hacia caminos estériles del curanderismo. Una buena evolución se logra con el tratamiento adecuado, aún sabiendo que lleva sacrificio y esfuerzo.

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