Ni mejores ni peores, iguales

MAR DEL PLATA (Enviados especiales).- Gimnasia se volvió de la Feliz con una sonrisa por su triunfo en el clásico platense. Estudiantes fue la antítesis. Pero más allá de los climas por un resultado, el balance de los dos clásicos dejó en claro que ambos equipos repitieron en este 2014 las mismas virtudes y defectos del año pasado.

El equipo de Pedro Troglio volvió a tener corazón para jugar este tipo de partidos y tremenda vocación para la marca.

Pero claro, tampoco logró dejar atrás sus problemas ante cada pelota parada en contra. Cada vez que el Pincha se lo propuso le generó un dolor de cabeza y en aprietos a Monetti. Es más, en una jugada tuvo que mostrar todos sus reflejos, en otras dos fue el travesaño quien salvó al arco del Lobo.

Estudiantes, por su parte, volvió a mostrar los idénticos errores del torneo pasado. Por ejemplo, jugó unos primeros 15 minutos a toda orquesta, con opciones de gol incluidas. Pero por cosas que nadie sabe explicar fue decayendo futbolística y anímicamente, hasta casi desaparecer del partido.

Además, volvió a dejar en claro que el problema de la definición sigue siendo notorio. Y no es que sus delanteros erren goles, sino que directamente no patean al arco, lo mismo que los volantes. Eso sí, cuando lo hicieron aparecieron Monetti y los travesaños.

A su favor hay que mencionar que algunas individualidades siguen estando a la altura, como Gastón Gil Romero y Leandro Desábato.