Abren el primer museo del mundo dedicado a la prostitución

Se encuentra en Amsterdam, y según su creadora pretenden "dar una visión completa del mercado sexual, sin romanticismos añadidos"

El primer Museo de la Prostitución del mundo abrió sus puertas hoy en el turístico Barrio Rojo de Amsterdam, un espacio que revela secretos y la trastienda de un trabajo legalizado en Holanda, que agrupa a 900 meretrices en 276 vidrieras.

"Queremos dar una visión completa del mercado sexual, sin romanticismos añadidos", explicó Ilonka Stakelborough, creadora de la Fundación Geisha, que vela por los derechos del sector que trabaja en el turístico barrio holandés.

Este museo también denuncia el trabajo forzado por los proxenetas y la trata, un tormentoso circuito donde caen sobre todo "mujeres provenientes de los Balcanes", remarcó Stakelborough, una ex prostituta.

Según ella, este museo intenta contribuir a la "normalización" del oficio, que si bien fue legalizado en el año 2000 en Holanda, "muchas estudiantes no quieren inscribirse como activas en el mercado porque eso aparecería en su curriculum y deciden trabajar en sus casas", ejemplificó sobre los efectos menos visibles.

El museo también aspira a ser una "experiencia" para el visitante, que podrá situarse en el lugar de la prostituta detrás de la vidriera, ver habitaciones -baratas o lujosas- e instrumentos sadomasoquistas y seguir la evolución de los atuendos de las mujeres desde los años 20 a la actualidad.

Según informó el Museo, las prostitutas que trabajan en el Barrio Rojo son mujeres de entre 21 y 55 años, muchas jóvenes que no alcanzan a pagarse los estudios o que son madres solteras, y en "el 70 por ciento de los casos, con una pareja estable".

La mujeres trabajan "una media de 5 años" y muchas no se retiran "porque se acostumbran a un estándar de vida de ingresos altos", en ese aspecto, la Fundación Geisha las ayuda a la reintegración y ofrece cursos de defensa personal mientras ejercen.

"A veces cuando la trabajadora alcanza cierta edad, se dedica al sadomasoquismo, una manera de ejercer el sexo más psicológica. Los clientes que buscan sadomasoquismo son fijos y con puestos de mucho estrés", relató Stakelborough

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