El Lobo luchó, arriesgó y pudo enderezar el rumbo

En una gran muestra de actitud y coraje cambió un 0-1 en un 2-1 clave

PUCHO BARSOTTINI GRITA CON FURIA SU GOL, EL DEL EMPATE. LO ACOMPAÑA PERALTA, QUE LUEGO HARIA EL DE LA VICTORIA. FUE LOBO CORAJE



COMENTARIO
Por ANIBAL GUIDI

Se dice que la victoria será siempre aliada de aquel que arriesga, del que lucha, del que no se arredra, del que sabe enmendar los errores y, por sobre todas las cosas, será para aquel que más confía en sí mismo.

Esto está muy relacionado con lo que vivió Gimnasia ayer en las despobladas tribunas del estadio del Bosque, porque perdía ante un rival que solamente había capitalizado un grosero error defensivo de su rival, y porque esa derrota lo hacía retroceder aún más en la tabla de posiciones y, por supuesto, lo acercaba peligrosamente a la zona caliente de los promedios.

Y por si todo esto fuera poco, el equipo de Troglio cargaba con la pesada mochila de haber perdido, en ese mismo escenario, el clásico platense.

Y vaya uno a saber de dónde sacó ese plus extra de determinación y coraje, con un agregado de juego, para dar vuelta un partido clave en un cierre electrizante de partido, el que había transitado sin pena ni gloria.

Angel Correa, en al amanecer del segundo tiempo, aprovechando una pésima entrega hacia atrás de Lucas Licht, usufructuó esa circunstancia para vencer a un Monetti que salió desprolijamente de su valla. Pero pasada apenas la media hora empardó el marcador Osvaldo Barsottini, quien fusiló literalmente con remate alto al golero Alvarez, y cuando ya se iba el partido el colombiano Luis Arturo Peralta, a puro coraje y determinación, y luego de levantarse de dos corridas sobre la derecha, con remate bajo puso la pelota entre el arquero santo y el palo izquierdo, para darle un baño de esperanza a un equipo que parecía había extraviado el rumbo producto de innumerables contratiempos.

Esta victoria premió evidentemente el valor, el coraje y la decisión de un equipo que se rebeló ante la adversidad y que, para muchos, ganó el “partido de la salvación”, aunque queda todavía mucho camino por recorrer en este campeonato. El equipo de Troglio registraba tres fechas sin ganar en la general (dos empates y una derrota) y se le habían encendido muchas señales de alarma.

Para colmo, y luego de un primer tiempo carente de matices de todo tipo (futbolísticos y emocionales), con el hecho anecdótico de que San Lorenzo perdió a dos defensores por lesiones (Cetto y Valdez), por lo que su técnico tuvo que variar también dos veces el fondo, a los 2’ del segundo tiempo Correa capturó un mal pase atrás de Licht para rematar a la carrera ante la salida de Monetti. La pelota buscaba el palo izquierdo y, al manotearla, el golero la impulsó al medio de su valla.

Fue un golpe durísimo para un Gimnasia que no merecía tamaño castigo, pero que tampoco había generado mucho en ofensiva como para no merecer mucho más que esa igualdad que, de pronto, se le esfumó de entre sus manos. Pero si algo distingue al equipo de Troglio, hoy diezmado por las lesiones y las expulsiones, es su actitud de rebelarse ante las circunstancias adversas. No mejoró mucho con los cambios pero fue a buscar torcer la suerte. Esa chance, por dos veces, la tuvo Licht, pero sin fortuna. Y a los 33’, tras un centro que vino desde la izquierda, Borghello pudo cabecear, Alvarez dio rebote y allí estuvo Barsottini para fusilarlo. Y fue por más el Lobo, y en el cierre Bou habilitó a Peralta, el moreno entró al área por derecha, dos veces cayó pero pudo empujar la pelota para hacer estallar a los pocos que estaban adentro y a los muchos que estaban ayer afuera.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE