A pura emoción, una tatarabuela de Villa Elvira festejó sus 103 años

Mimada por sus familiares y allegados tuvo ayer su gran celebración

NÉLIDA ANDRADE RODEADA DE SUS FAMILIARES Y ALLEGADOS EN SU CUMPLEAÑOS 103, AYER A LA TARDE

Para Nélida Andrade, el de ayer fue un domingo de Pascuas cercano a la perfección: por la tarde, los suyos la llenaron de mimos por su cumpleaños 103; y por la noche el equipo de sus amores, River Plate, le “regaló” la cima del torneo de Primera División del fútbol argentino.

Fue una jornada de alegría y emociones para esta coqueta tatarabuela de Villa Elvira, que recibió a una treintena de familiares y vecinos con la buena predisposición de siempre, entre anécdotas y exquisiteces gastronómicas que nadie quiso perderse.

Dueña de una chispa de jovialidad y picardía que la permite seguir presentando batalla a los achaques propios de su edad, Nélida sostiene que el secreto de la longevidad está en tener una personalidad tranquila y abrirse a los afectos.

Nacida en Navarro el 20 de abril de 1911, vivió en esa ciudad del oeste cercano bonaerense 44 años en los que se casó -jovencísima, con Héctor Mario González-, tuvo once hijos y enviudó.

“Hay que tratar de estar tranquila y nunca descuidar a la familia” resume Nélida las “claves” de la longevidad

Llegó a La Plata en 1955, y se convirtió en “madraza” por instinto y el imperio de las circunstancias. Eligió las diagonales, que por entonces tenían una vida barrial “muy tranquila”, porque algunos de sus hijos mayores ya vivían aquí, y no quiso perderlos de vista.

Hoy se siente una platense más, que puede atestiguar en detalle los cambios de paisajes y costumbres que se sucedieron a lo largo de medio siglo.

FAMILIA “MULTITUDINARIA”

Con el tiempo, sus once vástagos se prolongaron y ramificaron en “un montón” de nietos, bisnietos, tataranietos y choznos; más de treinta por generación.

Excelente conversadora, “milonguera” de alma -”bailar era la delicia mía”, repasa-, sus descendientes aseguran que “cuando está de buen humor, que es casi siempre, puede pasarse todo el día charlando”.

Además, es una ávida espectadora de televisión; le encanta conocer las noticias del diario y mantenerse al corriente de la actualidad; cantar tangos; y compartir “mateadas” con sus nietas más cercanas.

“Lo mejor de ella es su espíritu” sostienen los suyos, y destacan que “no son muchas las personas que pasando el umbral del siglo pueden decir que se encargan de su propia higiene y maquillaje personal, lavan, planchan y cocinan”.

EX FUMADORA A LOS 90

Las más jóvenes de la familia aseguran que quieren heredar “la salud de la abuela”; ella sostiene que fumó hasta edad avanzada... “Fue hasta los 90, pero un día me di cuenta de que tenía que dejar”, dice. Y concluye en que haber abandonado el hábito del cigarrillo fue una de las mejores cosas que hizo por su bienestar.

Vivir en un clima de armonía y tener un carácter sereno son parte de los consejos que la experiencia le dictó a Nélida, además, claro, de levantarse muy temprano, comer de todo y agasajarse cotidianamente con una copa de vino. No llama la atención verla jugar con los más pequeños, bromear con sus hijos o, pendiente de todos los detalles, posar para las fotos con una amplia y luminosa sonrisa.

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