Estudio señala que el sodio presente en el agua no afecta a los pacientes hipertensos
| 29 de Abril de 2014 | 00:00

Un estudio de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), confirmó que el sodio que se ingiere al consumir agua de canilla o envasada, no es suficiente para provocar el desarrollo de la enfermedad.
“El sodio necesita estar asociado al cloruro para dañar al organismo, lo que en la composición del agua se registra en niveles muy bajos”, señaló un grupo de 30 especialistas de la SAHA.
“El poco aporte de sodio en las aguas es principalmente bicarbonato de sodio, que no parece producir el mismo efecto del cloruro de sodio sobre la presión arterial”, dijo Felipe Inserra, médico especialista en nefrología y presidente de la SAHA.
Para Inserra, “es fundamental aclarar que con el consumo de dos litros de agua por día, que es lo esperable, sólo se estaría recibiendo el 7 por ciento del total habitual de sodio por día y el 10 por ciento de la cantidad de sodio recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)”.
En otras palabras, si se ingieren dos litros del agua que más sodio tiene en su composición, se llega sólo a ingerir un gramo de los cinco permitidos, que equivalen a cinco sobrecitos.
“El ejemplo es claro cuando comprobamos que una galletita de agua aporta el mismo cloruro de sodio que un litro y medio de agua”, señaló Inserra.
La SAHA sostuvo que “no está demostrada la asociación entre el contenido de sodio de las aguas y la ocurrencia de la hipertensión, pero sí existen evidencias contundentes del aumento de la presión arterial por el consumo abusivo de bebidas alcohólicas. Tampoco es correcto pensar que la hipertensión arterial pueda prevenirse solo prestando atención a la sal, porque el cloruro de sodio se encuentra en muchos alimentos”.
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