Dietas ricas en grasa ayudan a epilépticos
| 20 de Mayo de 2014 | 00:00

Una dieta altamente rica en grasas, llamada cetogénica, es una terapia médica nutricional clave para niños con epilepsia refractaria que no responden a fármacos anticonvulsivos, a quienes mejora la calidad de vida por la disminución sensible de las convulsiones, afirmaron neuropediatras.
“La dieta es alta en grasa, de donde proviene el 90% del aporte de las calorías, y el 10% restante se calcula en base a las proteínas que necesita el niño para crecer, con una mínima cantidad de hidratos de carbono”, destacó la doctora María Vacarezza, especialista en Neuropediatría.
“Esta dieta -añadió- básicamente se utiliza en la epilepsia refractaria de niños y adultos que no tienen ninguna respuesta a los fármacos”.
Es así que, en centros de neuropediatría, médicos y nutricionistas entrenan durante una semana a las familias de los pacientes para que cocinen recetas cuya particularidad es tener como ingredientes crema, mayonesa, carne, aceites, manteca, huevo y leche especial cetogénica -con 90% de grasa-, y apenas algo de frutas y verduras.
La dieta cetogénica es un tratamiento que se utiliza desde 1920, de cuando datan las primeras descripciones en la estadounidense Clínica Mayo, que tuvo un auge alrededor de 1940 y luego, con el advenimiento del uso de anticonvulsivos, se dejó de utilizar.
“Es un tratamiento que en no muchos centros se hace, y que en Argentina está en pleno crecimiento”, señaló la doctora Vacarezza.
Inclusive, la difusión de esta dieta fue tema del Tercer Simposio Internacional de Epilepsias Refractarias realizado en la capital federal, con la presencia de equipos médicos de 15 centros, entre ellos del Hospital de Niños Sor María Ludovica de nuestra ciudad, el Juan Garrahan, el Italiano de Buenos Aires y el Grupo Asistencial el Arbol de Santa Fe, que tratan en conjunto unos 500 niños con esta patología.
La doctora Vacarezza consideró que “lamentablemente muchas veces se llega tardíamente al tratamiento, y a uno le gustaría que no se perdieran cinco años probando medicación porque, sobre todo en los niños, son años con convulsiones múltiples que deterioran la calidad de vida”.
Todas las medicaciones antiepilépticas actúan sobre la química del cerebro, y la posibilidad de éxito de un nuevo fármaco para un paciente refractario es de apenas el 5%, mientras que la dieta cetogénica puede lograr hasta un 60% de efectividad, según sostienen los especialistas.
“Tratamos de consumir crema, manteca o aceite en crudo, no en frituras, y suele haber buena tolerancia, previo estudios para ver si el metabolismo del cuerpo es capaz de recibir esa cantidad, y porque la base de la dieta es que el organismo empiece a usar la grasa como fuente de energía”, detalló la neuróloga infantil.
No obstante, hay alimentos que están prohibidos por la cantidad de hidratos que contienen, como cereales, azúcar, papa, batata, choclo, pastas o galletitas.
Según se explica, habitualmente, el cerebro utiliza la glucosa como fuente de energía, con una dieta común que tiene 60% de hidratos de carbono que se metabolizan como azúcares; con la dieta cetogénica, el cerebro deja de usar la glucosa y pasa a quemar la grasa, con un producto de esa degradación que se llama cetona.
Para iniciar la dieta, el paciente permanece internado cinco días y se va de alta con la dieta cetogénica ya incorporada.
Las pistas del hallazgo datan del 400 de nuestra era, cuando médicos griegos de la escuela de Hipócrates observaron que el ayuno “curaba” la epilepsia, aunque cuando el paciente volvía a comer, retornaban las convulsiones. Fue en 1920 cuando los médicos se plantearon un modo de engañar al organismo para que pareciera que estaba en ayuno, por lo que, sin disponibilidad de azúcar, quemara grasas que se transforman en cuerpos cetónicos. Y en 1921, el endocrinólogo Rusell Wilder obtuvo los beneficios del ayuno en una terapia dietética que podía mantenerse indefinidamente.
La epilepsia es una enfermedad en la cual el cerebro, por una lesión o una enfermedad de base, hace una descarga anormal que condiciona la aparición de crisis epilépticas reiteradas.
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