La droga como causa de los elevados niveles de agresividad en los delitos
| 3 de Junio de 2014 | 00:00

En fecha reciente se dieron a conocer en este diario datos oficiales indicativos de la estrecha relación existente entre las drogas y el delito -en situaciones por demás conocidas en las fiscalías y juzgados penales y de menores- y ahora surgieron nuevas evidencias que se suman a las emitidas desde el ministerio de Salud bonaerense, indicativas de que el paco y la cocaína son las sustancias que más aumentan la agresividad en los hechos delictivos, originando episodios de violencia potenciada e innecesaria.
Fuentes médicas del servicio de Toxicología del Hospital de Niños confirmaron a este diario que tanto el clorhidrato de cocaína como la pasta de cocaína (paco) se caracterizan por potenciar la agresividad de quien la consume. En tal sentido, se detalló que en el caso de la cocaína esta situación se produce cuando la persona adicta no puede satisfacer el deseo imperioso de consumo y durante el estado de intoxicación. En el caso del paco, las alteraciones del comportamiento se mantienen aún después de terminado el consumo. En una y otra sustancia el efecto está directamente relacionado con la personalidad de quien la consume.
En cuanto a la relación droga-delito, un trabajo oficial realizado por profesionales de la Provincia sobre más de 9 mil personas que se atendieron por adicciones en centros oficiales de salud detalló que el 13,7 por ciento de esas personas tiene alguna causa judicial. En base a las conclusiones del sondeo, los investigadores sostuvieron que la droga no puede ser vista como causa única del delito sino como un síntoma que, sin embargo, aumenta la agresividad y los hechos violentos.
Resulta ya indudable que existe en crecimiento una “modalidad” delictiva que se caracteriza por un especial ensañamiento y la aplicación de una violencia ciega en perjuicio de víctimas que ni siquiera habían atinado a defenderse. Es evidente la “informalidad” con la que actúan muchos delincuentes en la actualidad, desprovistos de mínimos códigos, en situaciones demostrativas de la de la droga que conspira para volver cada vez más cruentos muchos delitos.
Por cierto que tanto en la magnitud del accionar delictivo como en su carga de violencia se suman otros muchos factores, relacionados no sólo a las deficiencias en el accionar policial y judicial sino, también, a los vaivenes doctrinarios que hicieron oscilar las normas entre las corrientes garantistas y manoduristas. Existen, desde luego, razones económicas y sociales que vuelven compleja toda búsqueda de soluciones, pero que no autorizan a bajar los brazos en ese empeño-
Sea como sea, los datos de la realidad hablan por sí solos. Hace ya muchos años que se viene advirtiendo sobre el evidente avance del narcotráfico y del consumo de drogas en la sociedad. Y es también cierto que, a partir de allí, se reclama a las autoridades la intensificación de campañas de prevención, para que bajen los índices de adicción y, junto con ellos, los muy elevados y cruentos niveles de violencia que exhibe la actividad delictiva.
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