No pudo con CUBA, pero obtuvo el ansiado bonus

En el marco de la quinta fecha de la Zona A, del Grupo I, el Marista de la calle 520 cayó en su visita a Villa de Mayo por 24 a 19 frente al último campeón porteño y del Nacional de Clubes, CUBA.

Pese a esto el equipo del Tano Zannini dejó la piel en la cancha y jugó decididamente uno de los mejores partidos en lo que va de la temporada, rescatando ante un rival encumbrado y peligroso un punto bonus por haber perdido por menos de siete puntos, que a la postre puede llegar a ser muy importante a falta de dos fechas para cerrar la etapa clasificatoria.

San Luis comenzó decidido y se posicionó en campo, por eso no extraño que a los cinco minutos, tras varias fases, el tandilense Rodrigo Bruni (luego de recibir de Ramiro Ortiz) agarró mal parada a la defensa cubana y marcó el try que puso 7-0 arriba al azulgrana.

El error de San Luis fue cambiar penales que el infalible Bautista Güemes se encargó de cambiar por puntos. Un penal de Juan Campodónico cerró el parcial del primer tiempo con una chapa de 13-11 a favor de los maristas y estuvo realmente bien por lo volcado por ambos equipos.

El segundo tiempo mostró otra cara; con el campeón-que ayer por lesiones y distintas convocatorias a los seleccionados nacionales contó con siete titulares menos-yendo para adelante y dando vuelta todo con un try de Juan Cruz González que se escapó por el centro para apoyar debajo de los palos y permitirle a Güemes anotar dos puntos más.

LO JUSTIFICO

Así fue nomás que el equipo local, dejó en cancha lo mejor de su repertorio ; dónde sobresalieron las actuaciones de la pareja de medios integrada por Joaquín Hardoy y Bautista Güemes (la figura de la cancha).

Por eso CUBA con un penal de Juan Cruz González y un drop del diez cubano estiró el marcador que sólo fue modificado por sendos penales de Juan Campodónico que achicaron las diferencias en el tanteador y le dieron el bonus por diferencia a los de nuestra ciudad.

San Luis dejó todo en Villa de Mayo y por eso la obtención del bonus sonó a verdadera justicia. Ahora lo que se asoma en el horizonte marista es una nueva visita el próximo domingo, esta vez a Munro, para chocar con el impredecible Olivos, que deambula por el fondo de la tabla, pero que siempre se convierte para los de nuestra ciudad en un hueso duro de roer.