Sátira inteligente sobre el engaño y la política

Por ALEJANDRO CASTAÑEDA

VIVA LA LIBERTA, de Roberto Andó.- “El cine y la política son dos mundos donde el genio y el engaño coexisten… y cuesta distinguirlos”. Le dice un director de cine a Enrico, ese líder de la oposición que un día, en plena campaña, decide irse de Roma, no avisar a nadie y marcharse a París a la casa de una ex. Estupor general por esta desaparición. Pero sus colaboradores cercanos encuentran una salida: el fugado tiene un hermano gemelo, Giovanni, que está medio loco, un tipo culto y extravagante. Otra vez genio y engaño. Encandila al electorado con sus ocurrencias y crece en las encuestas. La gente ignora que es un impostor y el filme pivotea sobre esa idea: el cine y la política necesitan del engaño; y el pueblo cree más en las ocurrencias de los desequilibrados que en las promesas de los dirigentes.

Toda su vida estos gemelos se aprovecharon de su condición y compartieron juegos y novias. La ex de Enrico, la parisina, admite que ella anduvo con los dos, que primero le molestó, pero después disfrutó del juego y los acabó amando. Y en Italia, la mujer de Enrico, que sabe del truco, se empieza a enamorar de Giovanni. El filme habla del atractivo del doble, pero va más allá: presenta la política como un juego donde siempre ganan los impostores; y postula que el poder inventa una realidad engañadora. El falso político llena plazas y gana votos con su trampa. ¿A la gente en el fondo le gusta que la engañen? El gemelo lo reemplaza y lo enriquece. Y al final nadie sabe quién es quién. Este juego de sustituciones y mentiras está hecho en tono de comedia. Es una sátira mordaz y agridulce. El autor es Roberto Andó, que fue asistente de Francesco Rosi, Fellini, Cimino y Coppola. “Viva la libertá” adapta su propia novela. Y está protagonizada por Toni Servillo, el magnífico actor de “La grande bellezza” un tipo socarrón, imprevisible, ladino, de mirada profunda, que, desde sus dobleces, nos dice que la verdad ya no cuenta ni en el arte ni en la política. ¿Ni en el amor? (*** ½).

BUENA IDEA MALOGRADA

NUESTRO VIDEO PROHIBIDO, de Jake Kasdan.- Lo de los videos hot que se cuelan en la web, es un tema de estos días. Y mucho más si se trata de famosos. El tema merecía una comedia ingeniosa y chispeante. Pero no es ésta. Una pareja, después de un comienzo a todo sexo, siente que su vida amorosa ha entrado en una meseta. Los hijos y la rutina se encargaron de ir apagando el fuego. Y deciden hacer un video hot para recuperar el tiempo perdido. Y bueno, por descuido el picante archivo aparecerá en una serie de iPad que el dueño de casa regaló a sus amistades. Y hay que salir a buscarlo. El resto es una farsa forzada y sin gracia que en lugar de apostar a la locura adopta un tono infantil y familiero, repetido y de trazo grueso. Nada se salva de una medianía que sorprende. Los diálogos son largos y anodinos, las situaciones absurdas (la larguísima pelea con el perro), no hay un solo gag bien puesto. Tampoco audacias, porque lo del video erótico es un amague que logra salvar Cameron Díaz y su estupenda silueta. No hay tema, sino situaciones alargadas. El marido es un insoportable medio tontón y los secundarios son de madera. Eso es todo (** REGULAR)

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