Un rescate arqueológico con formación platense

Un estudiante de Geología de la Universidad de La Plata y un geólogo graduado en la misma casa de estudios participaron, en el Caribe, de un importante rescate de grabados milenarios en rocas que iban a ser removidas. Es un logro de trascendencia internacional.

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EL GEÓLOGO HORARIO VILLALBA Y SU HIJO JUAN PABLO, AMBOS FORMADOS EN LA UNLP, JUNTO AL PICAPEDRERO DARÍO GUAYANES Y HABITANTES DE LAS ISLAS DONDE SE REALIZÓ EL EXITOSO RESCATE ARQUEOLÓGICO

Milenarios símbolos grabados en rocas de San Vicente y las Granadinas, un país isleño situado al norte de Venezuela, fueron “rescatados” antes de que se perdieran para siempre por los movimientos de tierra para construir un aeropuerto internacional, gracias al trabajo de un equipo especializado del que formaron parte un geólogo graduado en la Universidad platense y un estudiante de Geología de la facultad de Ciencias Naturales de la Ciudad.

El equipo de expertos se trasladó hasta el pequeño país, ubicado en la cadena de las Antillas Menores del Caribe, en el marco del programa Cooperación Sur-Sur, que depende de la Cancillería Argentina y contempla la asistencia técnica entre naciones en vías de desarrollo.

Hasta allí llegaron poco tiempo atrás el geólogo Horacio Villalba y su hijo y estudiante de Geología Juan Pablo Villalba Ulberich, ambos de la UNLP, junto con la docente de la UBA, Mónica Berón, y el picapedrero Darío Guayanes. Tras 23 días de intenso trabajo, realizaron un rescate arqueológico “sin precedentes” y de enorme “valor científico”: salvaron rocas volcánicas que tenían grabados numerosos petroglifos (diseños simbólicos) de unos 2.000 años de antiguedad.

Los petroglifos -cuyo uso como medio de comunicación llega hasta tiempos modernos en algunas culturas, aunque data del 10.000 a.C.- iban a ser removidos por la obra del aeropuerto, por lo que debían ser reubicados ante el avance de las máquinas.

En principio, los expertos contaban con un plazo de 15 días, que luego logró extenderse a 23.

Fue entonces cuando elaboraron un plan de trabajo que exigía maquinarias y herramientas muy específicas.

Utilizaron martillos neumáticos y eléctricos, puntas y abridores de acero, motocompresores, generadores eléctricos, retroexcavadoras y una grúa de 20 toneladas para extraer y llevar a un sitio seguro los bloques de basalto, algunos de más de 10 toneladas, que tenían los valiosos grabados.

“En total se movieron ocho bloques de roca de diferentes tamaños con petroglifos que representaban personas, animales, y escenas de gran valor cultural para el país del Caribe”, contaron el geólogo y el estudiante platenses.

INTENTOS FALLIDOS

“Las autoridades de San Vicente y las Granadinas reconocieron y agradecieron profundamente la tarea realizada”, apuntaron, y destacaron: “Más aún teniendo en cuenta que antes de la llegada del equipo argentino en el proyecto habían intervenido franceses, canadienses, holandeses y egipcios, sin llegar a concretar la tarea”.

Finalmente señalaron que “el rescate arqueológico fue un éxito no sólo por la magnitud, sino por el estado en que se extrajeron los bloques, sin dañar las figuras y logrando reubicarlos en un lugar seguro, donde se construirá un museo a cielo abierto”.

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