El corazón de mi próxima novela

La escritora platense Aurora Venturini, autora de Las Primas y reconocida como una de las voces más lúcidas y originales de la narrativa vernácula actual, anticipa para este suplemento su próximo trabajo, que será editado en breve

Por AURORA VENTURINI

El futuro libro que editará Sudamericana de mi autoría se titula “Casta Diva, Peludos y Orejudos”. Desde ya, dejo en claro que no se trata de mi familia sino de cualquiera de las familias de la Década Infame que empieza en 1930 y termina en 1943 con la revolución del General Pedro Pablo Ramírez.

El 6 de septiembre de 1930 yo cursaba la primaria siendo directora de esa escuela la señorita Emilia Salsá, que nos contaba que su padrino era el presidente de la República Argentina, el Dr. Hipólito Irigoyen. Enseguida vendría alguna anécdota al respecto, antes de dejar el aula dibujaba un paraguas en el pizarrón.

Ese 6 de septiembre oímos el ruido de los caballos de los escuadrones, y los soldados gritaban por la calle; había estallado la revolución. Y al presidente lo trajeron a La Plata al 7 de Infantería, donde pidió dormir porque estaba muy cansado. Después lo llevarían a la isla Martín García.

En mi novela doy detalles sobre este tema y vuelvo a aclarar que he recurrido al realismo mágico de Miguel Ángel Asturias y de Gabriel García Márquez para evitar demasiada crudeza porque algunos descendientes de los crueles conservadores viven en La Plata. Eso sí, recuerdo que a la escuela entró un exacerbado y se dirigió a la directora con violencia y ella perdió el equilibrio y cayó al piso, y pude verle sus medias de seda corridas, y este caso tal cual fue está en el libro.

La protagonista Casta Diva es una niña encontrada por una pareja sin hijos y ambos se apellidan Fernández. La bautizaron Casta Diva Fernández y Fernández. Esta familia y sus parientes eran radicales. Casi todos los hombres fueron llevados a la cárcel de Ushuaia.

Entro a describir la casa. Es enorme, con las piezas corridas. Tiene mansarda y sótano. El típico hábitat de los obreros italianos inmigrantes. Del sótano no tenían noticia los Fernández, pero sí sabía de su existencia uno de los hermanos del dueño que más adelante se escondería en el sótano para evitar ser trasladado al sur. Se trataba de un conspicuo hombre del comité radical, que ya empezaba a convocarse en contrarrevolución.

Casta Diva vive más en el campo. En esos tiempos menudeaba alrededor de las construcciones.

La zona de la Sección Quinta era campo entonces, y había pocas casas grandes y abundante rancherío.

A la noche contaban cuentos alrededor del fogón que calentaba la casa, en el que se cocinaba.

Era una zona bucólica con gallineros y quintas.

Casta Diva salía a juntar huevos con otros chicos del barrio y llevaba varios canastos de las ponedoras salvajes. Le habían dicho que si encontraba un huevo pequeño con rayas en su cáscara no lo levantara, que no lo tocara, que era el basilisco.

Casta Diva no sólo va a encontrar el huevo sino a lo que nació del huevo.

Y se han mirado.

La leyenda asegura que el basilisco convierte en estatua todo lo que mira, pero Casta Diva ama a los animales y habla con ellos, y mentalmente le ruega al basilisco que no la momifique, que ella lo va a ayudar, porque viene el invierno y está solo y desnudo.

Lo convence.

Entonces el basilisco la trepa, ella lo agarra y se lo pone al lado de la pulserita de oro y se confunde tanto que parece otra pulserita. Los detalles sobre el asunto son preciosos: duerme en un mueble donde hay polillas e insectos que el gusanillo devora y va creciendo.

Luego de atropellos y miedos, el tío que está en el sótano fallece.

El gusanillo, paso a paso, va tomando una forma semihumana y finalmente se parece al tío.

Entre figuraciones de realismo mágico, terminará siendo muy semejante al tío, porque se lo ha comido y pide una prenda íntima para cubrirse las vergüenzas. Con el tiempo, se afilia al partido conservador.

Casta Diva le dice que haga política porque su estirpe de gusano lo ayudará.

Casta Diva sigue yendo al terreno, es amiga del Sapo Toro, llamado Toro-Torito-Toro, con quien mantiene una amistad candorosa que emociona.

Hay detalles profundos como el del hombre lobo que aúlla. El del traidor que entrega, el de la tía que se casa con un comisario y hay que cuidarse de ella.

No puedo extenderme y por ello saltaré al momento en que Casta Diva pide ayuda a Basilio, o sea al gusanito transfigurado que la lleve al río de vuelta porque en realidad ella es una sirena.

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