Maduras con jovencitos: ¿una tendencia de moda?

El caso de Viviana Saccone y su novio 25 años más joven reinstaló el tema de las señoras que los prefieren chicos

LA ACTRIZ VIVIANA SACCONE (46) ESTÁ SALIENDO CON UN NOVIO 25 AÑOS MENOR QUE ELLA. EN LOS ÚLTIMOS DÍAS AMBOS BLANQUEARON SU AMOR EN LAS REDES SOCIALES

Para el amor no hay edad pero sí muchas opiniones. Que lo diga, sino, la actriz Viviana Saccone (46) cuyo reciente noviazgo con un chico 25 años más joven que ella reabrió un tema instalado hace tiempo en la farándula de aquí y de allá pero que, según los especialistas, se empieza a naturalizar cada vez más entre la gente común: el de las mujeres maduras que entablan relaciones con hombres mucho más jóvenes.

Llamado por muchos “mujeres puma o “cougar” (el nombre remite a quienes salen a la caza de hombrecitos jóvenes) el fenómeno tiene ejemplos famosos como los de Madonna, Liz Taylor, Cher o Demi Moore, cuya última pareja fue precisamente el joven actor Ashton Kutcher. Y también casos locales: desde Nacha Guevara, pasando por Graciela Borges, hasta Susana Giménez o Moria Casán.

Algunos las descalifican como mujeres insaciables, incapaces de asumir su edad. Otros, celebran que se animen a disfrutar de ciertos “permisos” que antes parecían patrimonio exclusivo de los varones.

Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo, apunta que algunas características que definen a este tipo de mujeres son que tienen más de 40, que son independientes, osadas, con buen trabajo y que ostentan cierta seguridad económica y una vida urbana sociable. Algunas han cumplido con las reglas del matrimonio, han tenido hijos y se han divorciado, otras defienden su soltería y la autonomía ganada. “No quieren estar con tipos mayores que ellas -define el especialista- menos que menos si son esquemáticos, conflictivos, demandantes, o se jactan del poder que da un cargo o el dinero. Ellas quieren frescura, cuerpos gráciles, mente abierta, cierta cuota de singularidad, si es posible exótica”.

En sintonía con esta mirada aparece la opinión de Susana Machado García, psicóloga y sexóloga platense, para quien el fenómeno de las llamadas “cougar” representa un síntoma “de cierta apertura en una sociedad que sigue siendo machista”.

Para esta especialista, las mujeres que llegan a este tipo de relaciones “no están buscando la maternidad ni proyectando a futuro. Al igual que tantos hombres, simplemente quieren disfrutar de su plenitud aún vigente y potenciarse como mujeres” (ver aparte).

EL FENOMENO

Según quienes analizan el fenómeno, si algo distingue a las “cougars” es su hiperactividad y su capacidad casi envidiable para hacer amigos en todas partes. El peluquero es su amigo. El instructor del gimnasio. El profesor de sus hijos, el encargado de mantenerle la PC libre de virus, el DJ de la fiesta de 15 de su hija y hasta el “bartender” que conoció en algún crucero por Brasil, todos son sus amigos, y todos, desde ya, son visiblemente más jóvenes que ella. Eso la mantiene “activa”. La “cougar” es generalmente divorciada. O viuda. Y si es casada, está en pareja con un hombre tan ocupado, que no cuenta para nada. La maternidad la “entretiene” y los hijos son “su cable a tierra”, pero en los hechos tiene poco tiempo para las responsabilidades que involucra una familia. Solo quiere divertirse. Aunque volver a enamorarse, aún de un chico 20 años más joven que ella, no aparece en su horizonte como una meta imposible.

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