¿Adiós a los anteojos para la presbicia?

Los lentes pueden reemplazarse por un nuevo dispositivo que se coloca sólo en diez minutos

La presbicia, que tiene como consecuencia la dificultad para leer o enfocar bien a corta distancia es, junto con la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo, uno de los errores de refracción más comunes, en los que el ojo no puede enfocar claramente las imágenes, según la Organización Mundial de la Salud, OMS.

De acuerdo a este organismo, la presbicia se asocia al envejecimiento y afecta a casi todo el mundo y, según la Academia Americana de Oftalmología (AAO, por sus siglas en inglés), la también llamada presbiopía afecta en diferentes grados a más de 1.040 millones de personas en todo el mundo y la prevalencia mundial de este trastorno podría subir a 1.370 millones de afectados en 2020.

Un nuevo dispositivo ocular implantable ofrece grandes esperanzas en un ensayo preliminar y podría hacer que los anteojos para leer, que usan habitualmente las personas con este desgaste óptico para ver mejor, se conviertan en una cosa del pasado, según un estudio presentado en la última reunión de la AAO.

El dispositivo Kamra, es un anillo delgado y flexible que se inserta en la córnea, en apenas 10 minutos y sólo con anestesia local, que se probó en 507 pacientes de 45 a 60 años de edad, que tenían presbicia y que no eran miopes.

Un 83% de los participantes en esta prueba mejoraron su visión cercana, siendo capaces de leer un periódico o manejar un dispositivo móvil sin usar lentes correctoras, al cabo de tres años de tener implantado este dispositivo, de acuerdo al trabajo titulado “Treating Emmetropic Presbyopes with a Small Aperture Inlay: Three Year Results”.

Las complicaciones de los denominados “inlays” (incrustaciones) corneales incluyen una nebulosidad visual que se puede tratar con esteroides, pero son cada vez menos habituales, aunque si fuera necesario el Kamra se puede extraer, lo que lo convierte en “un tratamiento reversible”, según la AAO.

Este nuevo método es “una solución que ofrece una visión de cerca que permite hacer una transición suave a la visión de distancia”, comentó en un comunicado de la AAO el autor del estudio, el doctor John Vukich, profesor clínico adjunto de oftalmología y ciencias de la visión en la Universidad de Wisconsin, en Madison (EE.UU.).

TERAPIA REVERSIBLE

Para Vukich, las incrustaciones corneales representan una gran oportunidad para mejorar la visión con la seguridad que representa el hecho de que puedan ser retiradas.

Este dispositivo, un anillo con forma de rosquilla que mide 3,8 milímetros (mm) de diámetro y tiene un agujero de 1,6 mm en el centro, es insertado en un pequeño bolsillo de la córnea cubriendo la parte frontal del ojo y actúa como el diafragma de la cámara, ajustando la profundidad de campo, para que el espectador pueda ver bien de cerca y de lejos.

Cuando las personas envejecen, el cristalino se vuelve menos flexible y se centra de peor manera, lo que dificulta ver de cerca, mientras que el remedio más común para este problema es el uso de anteojos de lectura, de acuerdo a la AAO.

La ventaja teórica de utilizar incrustaciones corneales respecto del uso de anteojos para leer es que lo ‘inlays’ evitan la necesidad de ponerse y quitarse constantemente los lentes, dependiendo de si se necesita ver cerca o lejos, según la AAO, que informa que, “además de Kamra, en EE.UU. se están investigando otros dos tipos de ‘inlays’ corneales, denominados respectivamente Raindrop Near Vision Inlay y Presbia Flexivue Microlens”.

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