Woody Allen: la última tentación de la tevé

Tentado por Amazon, uno de los directores más tradicionales del cine anunció su sorpresivo pase a la pantalla chica, aunque todavía no sabe cuándo estrenará su serie... ni de qué tratará

Es el pase del año: Woody Allen es el último nombre que se une a la cada vez más larga lista de prestigiosos realizadores de cine que se han dejado tentar por las posibilidades que les ofrece la televisión, que hace rato ya ha dejado de ser la hermana pequeña de la pantalla grande y se ha convertido en el reservorio del talento.

“El proyecto sin título de Woody Allen” es el nombre de la que será la primera serie del director neoyorquino para televisión, que constará de un número indeterminado de capítulos, de 30 minutos cada uno. Woody, la duda siempre capitana como uno de sus alter ego filmicos, no sólo no tiene título para su proyecto: tampoco tiene fecha de emisión o tema, ni ideas.

“No tengo idea cómo me metí en esto. No tengo ideas y no se bien dónde comenzar. Amazon se va a arrepentir”, bromeó el cineasta en el comunicado donde se anunció la contratación.

Amazon, la vendedora de libros on-line, consigue así un fichaje notable, probablemente el más importante traspaso a la tevé, mientras busca insertarse en el mercado de la producción audiovisual, confirmando que la televisión es hoy uno de los medios más prestigiosos y libres para trabajar.

Y un medio que, en medio de una competencia voraz por liderar y de un público masivo y global, no escatima recursos: Allen hace años produce sus películas, alejado de los grandes estudios que se resisten a financiar sus proyectos. Amazon, como Netflix o HBO, precisa prestigio para atraer suscripciones que la contratación del director seguramente traerá. Un perfecto matrimonio por conveniencia.

UNA LARGA LISTA

Allen se suma así a una larga lista de directores que coquetearon con dejar la pantalla grande e instalarse en la tevé. Scorsese, Fincher, Soderbergh, Cameron, Spielberg, González Iñárritu, Cuarón, del Toro o Van Sant son algunos de los ilustres nombres del cine que han aportado su trabajo y su talento a series televisivas... con variado éxito.

Porque la tevé maneja otro lenguaje, o al menos un dialecto diferente de la misma lengua audiovisual, que incluye adaptarse a una lógica de folletín y a una lógica de trabajo menos conducida por el director y más apoyada en el trabajo en conjunto. Sin embargo, hoy las posibilidades que ofrece la televisión resultan una tentación: los estudios de cine financian mayoritariamente tanques multimillonarios que garanticen que la experiencia cinematográfica sea óptima, y por lo tanto proyectos menos espectaculares son barridos bajo la alfombra o adjudicados presupuestos de cine independiente. La tevé, con la billetera gorda, llega a ocupar ese vacío y financiar las ambiciones más artísticas de los directores que reniegan de “industrializarse”, transformando así al medio en un espacio con mayor libertad y potencialmente, más transgresor.

Así, el trasvase a la pequeña pantalla se ha convertido en habitual en los últimos años pese a que hace tan solo una década era impensable, con apenas un puñado de antecedentes previos a la creación de nuevos canales como HBO, Showtime o Netflix. “Twin Peaks”, por ejemplo, marcó el pase de David Lynch a la tevé y, durante un par de años y en tiempo de culebrones masivos, mostró con un estilo denso, preciosista, intelectual y de ambientes opresivos, personajes estrafalarios y rompecabezas imposibles, que la pantalla chica podía ampliar su universo de lo posible.

Más adelante llegarían los proyectos de Steven Spielberg en conjunto con HBO (“Taken”, “Band of Brothers”) en los albores de una nueva televisión que hoy explora una amplia gama de temas y formas. De algún modo, Lynch y Spielberg prepararon el escenario para el masivo desembarco actual del cine a la tevé, que acaba de conseguir a un impensado nuevo nombre.

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