La Ciudad más "cómoda" en enero

En enero la Ciudad late a otro ritmo. Al promediar la tarde, con el receso de la mayor parte de los empleados de la administración pública, muchos platenses de vacaciones y sin el movimiento estudiantil, las calles lucen más despejadas, los comercios alteran sus horarios y el bullicio urbano afloja su intensidad.

Por la mañana todavía se advierte algo de la vorágine urbana típica del resto del año, pero después del mediodía, cuando muchos locales bajan las persianas durante algunas horas, la Ciudad “duerme la siesta”.

Quienes se animan a desafiar el calor aprovechan el ritmo reposado que muestra el paisaje urbano para pasear con un poco más de tranquilidad que lo habitual, aprovechando el repliegue del “hormiguero” que suele ser el Centro en otras épocas del año.

A la hora de la siesta, son numerosos los comercios que eligen interrumpir el habitual horario de corrido

Calles semi desiertas y cortinas bajas son postales que se repiten en cada cuadra. El éxodo estudiantil típico de esta época y la huida de miles de familias hacia los destinos turísticos, se traducen en calles con tránsito más aliviado. Por eso, los vecinos del Centro aprecian por estos días la disminución del nivel de la molesta contaminación sonora.

En los frentes de los negocios se ven muchos carteles de “cerrado por vacaciones” (generalmente adelantando que las actividades se retoman en febrero) y, a la hora de la siesta, son numerosas las tiendas que eligen interrumpir el horario de corrido, para escapar por un rato al desafío del sol. Pasadas las 13, la mayoría de los negocios cierra sus puertas para retomar sus actividades hacia las 16 o 17.

Los comerciantes admiten que no vale la pena tener abierto “porque no hay un alma en la calle”.

No muy contentos con el ritmo tranquilo de enero, kiosqueros y taxistas aseguran son los que se llevan “la peor parte”. Se ven largas filas de autos en las paradas céntricas, y los conductores aseguran que solo retoma el ritmo durante la noche o los días de lluvia.

Un poco “a regañadientes”, los propietarios de muchos kioscos aprovechan esta época en la que desciende la cantidad de gente en la calle para tomarse vacaciones; la mayoría, explican, retoma en febrero, cuando poco a poco se vuelve a poblar la Ciudad con el regreso de los veraneantes y de miles de estudiantes universitarios que llegan del interior para acudir a los cursos de ingreso de las facultades o a las mesas de finales.

MAS LUGAR PARA ESTACIONAR

Una de las muestras del cambio en el paisaje urbano la ofrece la facilidad para estacionar, durante la tarde, en la vía pública. Los que tienen que acudir al trabajo o a realizar trámites aprovechan las facilidades para conseguir estacionamiento. En las zonas del sistema municipal medido se produce una importante merma en la ocupación entre las 14 y las 18, y a esa hora se encuentran espacios vacíos sin mayores dificultades.

Aunque a principios del mes se registraron largas colas frente a las entidades bancarias y entes de pago de servicios, a medida que avanzó enero, el ritmo de la urbe disminuyó y se facilita hacer los trámites.

“Casi no hay gente, entrás y salís en cinco minutos”, expresan los usuarios de un local de pagos, quienes acaban de completar sus trámites en tiempos récords.

Muchos otros platenses deciden aprovechar al máximo el ritmo reposado de la Ciudad y visitar sus principales atractivos.

Entre ellos, el Zoológico es uno de los destinos más buscados por las familias, con el atractivo de los animales exóticos que nunca pasa de moda para los más chiquitos. Además, para completar el paseo, unos mates y un picnic en el Bosque son un plan perfecto para cualquier tarde de la semana, disfrutando la sombra de los árboles y escapando por unos momentos a los ruidos de la Ciudad. Una de las muestras del cambio en el paisaje urbano la ofrece la facilidad para estacionar, durante la tarde, en la vía pública

Aprovechando las noches calurosas y tranquilas, el cine también revive durante las vacaciones. Con menos cola, la posibilidad de elegir los mejores asientos y ambiente climatizado, los amantes del séptimo arte aprovechan las ofertas de los cines locales, algunos de los cuales organizan maratones, emitiendo los viejos clásicos de siempre y dando la chance de verlos en la gran pantalla.

Cuando el sol comienza ya a bajar, después de disfrutar de las piletas y los balnearios, la picadita con amigos en los bares de la Ciudad, donde también se puede compartir una bebida, es otra imagen que se repite. Sobre las veredas de diagonal 74 los grupos disfrutan del cambio de aire que trae la noche y disfrutan de largas charlas de atmósfera veraniega.

Aunque la vuelta al colegio y al trabajo ya se perfile en el horizonte, cada uno a su manera intenta extender, como puede, la sensación de que el receso se extiende, mientras recargan pilas en el arranque del año.

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