Se agrava la crisis por la sequía en la región más rica de Brasil

SAN PABLO.- La crisis hídrica que desde el año pasado golpea la región sudeste de Brasil, la más rica y poblada del país, cada vez se agrava más sin soluciones a corto plazo para garantizar el abastecimiento de agua, lo que también encendió la alarma frente al suministro eléctrico.

La última semana del mes comenzó ayer con situaciones delicadas en los embalses que abastecen las ciudades de San Pablo, Río de Janeiro y Belo Horizonte, las mayores regiones metropolitanas del país.

“VOLUMEN MUERTO” EN RÍO

En Río de Janeiro, el reservorio de Santa Branca, el segundo del sistema del río Paraíba do Sul, que desde el vecino San Pablo abastece ese estado, llegó el domingo a su “volumen muerto”, como se conoce la última reserva técnica de los embalses. El primero de los embalses de ese sistema, el Paraibuna, ya había entrado a operar con su “volumen muerto” el pasado 21 de enero y el último viernes el gobernador Luiz Fernando Pezao descartó la posibilidad de racionamiento de agua para paliar la crisis.

No obstante, su secretario de Medio Ambiente, André Correa, no descartó esa medida de racionamiento para el final de los próximos seis meses, en caso de que no se presenten lluvias en abril. En el vecino Minas Gerais, estado cuya capital es Belo Horizonte, el panorama no es diferente y algunos de los embalses no reciben precipitaciones desde hace más de un mes.

CARNAVALES CANCELADOS

Cinco ciudades de Minas Gerais (Oliveira, Itapecerica, Formiga, Arcos y Sao Gonçalo do Pará) decidieron anteayer cancelar los festejos del carnaval, que se celebrará en todo el país entre el 13 y 18 de febrero, ante el temor de no tener suficiente agua para atender la demanda con el número creciente de turistas.

Belo Horizonte, una urbe de 5 millones de habitantes en su área metropolitana, también comienza a tener problemas en el suministro de agua.

Las autoridades de Minas Gerais estudian implementar medidas como las de bonificaciones por ahorro y multas por aumento de consumo, como las adoptadas desde el año pasado por San Pablo, el más rico y poblado de los estados brasileños, que atraviesa por su peor crisis hídrica desde 1930.

El sistema de embalses Cantareira, que abastece 6,5 millones de personas en San Pablo (un tercio de la población de la región metropolitana) consiguió ayer mantener su nivel después de dos semanas de caídas consecutivas.

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