Se llevaron más de 200 mil pesos en teléfonos

UNA EMPLEADA DEL LOCAL DE TELEFONÍA DE 8 ENTRE 46 Y 47. A SU COMPAÑERA LA ENCERRARON EN EL SÓTANO, MIENTRAS ROBABAN

El Centro recién se desperezaba. Eran las 10 de la mañana de ayer y la cantidad de peatones y policías que suele andar por 8 entre 46 y 47 era menor a la habitual.

Dos hombres “bien vestidos y que no despertaban ninguna sospecha” entraron a un local de venta de celulares de la cuadra, casi en la esquina de 47.

No trascendió si en el primer tramo del episodio intentaron simular que iban a averiguar precios o comprar algún accesorio.

La empleada con la que dialogó este medio señaló que los ladrones “de repente dijeron estar armados”, y aunque “no mostraron ninguna”, hicieron gala de la actitud de estar dispuestos a usarla.

Sin clientes que advirtieran la maniobra, los asaltantes condujeron a la única empleada que estaba en ese momento a un sótano.

“La hicieron tirarse al piso y le dijeron que se quedara ahí, que no se moviera”, relató la compañera de trabajo de la víctima. Además sostuvo que a la joven no la golpearon, más allá de la amenaza con la presunta arma que llevaban escondida bajo la ropa.

Otro aspecto que no pudo ser aclarado por las fuentes es si los delincuentes se repartieron las tareas para ahorrar tiempo.

La plata de la caja tambien

Pero lo que quedó en evidencia fue su eficacia. Ambos consiguieron robarse una cantidad de teléfonos cuyo valor total rondaría, según las primeras versiones, los 200 mil pesos. La empleada del local deslizó que la suma podría ser todavía mayor, aunque no pudo precisar cuántos equipos eran.

Los delincuentes también se llevaron la plata que había en la caja. “En esa zona constantemente entra y sale gente a averiguar precios o promociones. Los ladrones seguramente lo sabían y no se demoraron más que un minuto en salir a la calle”, soltó un oficial.

Para cuando la víctima pudo pedir auxilio, la policía intervino en el hecho y salió a buscarlos. La filmación de seguridad interna del comercio es un material que los oficiales pedirían para identificarlos.

Este fue el segundo robo de la misma modalidad en esa zona del Centro. A sólo 50 metros y de la mano de enfrente, un ladrón cercano a los 40 años entró el viernes pasado en un negocio de ropa de 8 entre 47 y 48.

El delincuente se tomó un rato para probarse algunas prendas y “tantear” los movimientos de clientes en ese local. Era mediodía y el tránsito era intenso, pero al ladrón no le importó: encerró en un probador a una clienta con sus dos hijas adolescentes, mostró un arma que tenía oculta y se llevó toda la plata de la caja.

“Quieta o te pego un tiro”, le dijo por último a la empleada.

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