“El ludópata no juega: está enfermo de juego”

Débora Blanca - Psicóloga e integrante de Entrelazar

 

Hay un rasgo de esta patología que resulta sustancial tener en cuenta: lo paradojal. El ludópata no debiera ser llamado jugador ya que precisamente es alguien que no juega, si pensamos en el juego como la actividad humana que favorece el crecimiento, lo social, el sentimiento de libertad. El ludópata está enfermo de juego pero no juega. Lo paradojal también en que eso que lo lleva a destruir y perder todo, el juego, muchas veces es lo único que lo hace sentir vivo, menos deprimido. Como si la máquina fuera un antidepresivo. También lo paradojal de muchas familias que traen al ludópata para que deje de jugar pero presentan conductas que van en dirección contraria, propiciando recaídas. Lo paradojal dentro de los Bingos que se promocionan como lugares de diversión y socialización cuando tantas veces son habitados por personas tristes, aisladas, compulsivas, “creyentes” que ponen estampitas de santos en la máquina, a ver si se les da. Y pierden y pierden… Lo paradojal también en las políticas de estado que arman programas de asistencia, absolutamente necesario sin duda alguna, y a la vez promocionan el consumo del juego cada vez más cerquita de casa. En fin, creo que cuando frente a la ludopatía haya una mirada integradora que se contraponga al “cada cual atiende su juego”, se podrá contribuir a la resolución de situaciones realmente muy graves ligadas a esta afección.

Blanca
Juego
psicóloga

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