Las islas Azores, un éxotico paraíso natural para buceadores y senderistas
| 7 de Febrero de 2015 | 21:38

Tan solo la vista de la profundidad es un poco aterradora. A pocas millas náuticas de la costa de la isla de Faial, de las Azores, los buceadores se agarran a dos cadenas sujetas al bote neumático a una profundidad de diez metros y contemplan fascinados el azul infinito del océano Atlántico.
Las nueve islas que pertenecen a las Azores están situadas en medio del Atlántico Norte, a una distancia de 1.369 kilómetros del continente europeo y pertenecen a Portugal. Se llega en vuelos desde Lisboa cuyo costo arranca desde los 60 euros.
Cinco tiburones azules salen lentamente a la superficie desde la profundidad y se acercan a los buceadores en una escena habitual pero soñada por muchos de estos deportistas.
Las Azores son uno de los pocos lugares en el mundo donde es posible bucear junto a uno de los peces depredadores más rápidos de los océanos. Allí es posible encontrarse también, ocasionalmente, con peces martillo y tiburones mako.
Mientras que las aguas frente a la vecina isla de Santa María se conocen sobre todo por los encuentros con tiburones ballena, en la montaña submarina Cóndor, frente a las costas de Faial, prácticamente está garantizado un encuentro con los raros tiburones azules. Sin embargo, para que se pueda producir este encuentro inolvidable, es necesario un truco. Norberto Serpa, la leyenda portuguesa del buceo, ha echado en la caja de cebo, además de sangre de pez y pequeños restos de peces, también enormes cabezas de atunes, cuyo olor atrae a los tiburones desde las profundidades del océano.
No menos emocionante es el Banco Princesa Alice, a unos 45 millas náuticas de la costa de Faial. La luna aún está muy alta en el cielo cuando Norberto, un lobo marino gruñón que parece haber salido de un libro de dibujos, lleva el timón del barco para salir del puerto de Horta en dirección a la oscuridad. La noche estrellada está helada. Solo los cachalotes, que expulsan gigantescas fuentes de agua cuando salen a la superficie, rompen el silencio en el Atlántico Norte. Tres horas después, cuando está saliendo el sol, el bote llega a la montaña submarina.
Durante esta inmersión, el panorama explica de manera espectacular por qué las Azores portuguesas, situadas entre Europa y Norteamérica, forman parte de las mejores zonas de buceo de Europa. Ya desde el barco se divisan las siluetas verdosas de las mantas Mobula, que aquí dan vueltas en bancos de hasta 15 animales.
SENDERISMO
Sin embargo, casi sería un crimen disfrutar solo del mundo submarino de las Azores. La mayoría de los turistas visitan São Miguel y Santa María, las más orientales de las nueve islas Azores, con sus playas de ensueño y el interior verde. São Jorge es un paraíso para senderistas, Graciosa, Faial atraen por sus gigantescos cráteres volcánicos. Casi todas las islas fascinan por sus paisajes hermosos, desde volcanes imponentes hasta tupidos bosques atlánticos.
En la isla de Flores, la mezcla entre Irlanda y Hawai es probablemente la más espectacular. Sobre todo haciendo descenso de cañones uno se da cuenta de que las Azores son aún más salvajes, más naturales y más fantásticas que Madeira o las Islas Canarias.
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