Hipertensión y diabetes, los riñones en peligro

Ambos factores de riesgo deben ser controlados para que no se tenga que llegar a la diálisis

“La diabetes y la hipertensión, sumadas al envejecimiento, son los principales factores de riesgo para desarrollar enfermedad renal crónica, que afecta a uno de cada diez adultos en el mundo”, detalla la Organización Mundial de la Salud. La enfermedad renal crónica supone una pérdida progresiva de la función de los riñones.

Los especialistas de la Fundación Nacional del Riñón de Estados Unidos explican que los riñones tienen distintos cometidos, como eliminar de la sangre los productos de desecho, equilibrar los fluidos corporales, liberar hormonas que regulan la presión sanguínea o controlar la producción de glóbulos rojos, entre otras.

“En una etapa inicial, la enfermedad renal crónica no presenta síntomas y puede ser tratada. Pero en etapas más avanzadas la persona afectada puede necesitar diálisis y hasta un trasplante de riñón”, detalla la OMS.

La diabetes es la causa más común de insuficiencia renal y constituye más del 44% de los casos nuevos, según datos del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y del Riñón de Estados Unidos.

Además de la diabetes, otro destacado factor de riesgo de enfermedad renal es la hipertensión.

Los especialistas de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos señalan que los riñones desempeñan un papel clave para mantener la presión arterial dentro de los límites saludables y, a su vez, la presión arterial puede afectar a la salud de los riñones.

presion arterial

“La hipertensión, puede dañar los riñones y provocar enfermedad renal crónica; es una enfermedad muy común en todo el mundo que afecta a más del 20% de los adultos de entre 40 y 65 años y casi al 50% de las personas de más de 65 años”, según datos de la Sociedad Española de Hipertensión. “La presión arterial mide la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos. El exceso de líquido en el cuerpo incrementa la cantidad de líquido en los vasos sanguíneos y hace que la presión arterial aumente. Los vasos sanguíneos estrechos, duros u obstruidos también aumentan la presión arterial”, detallan.

También se explicó que la presión arterial alta hace que el corazón trabaje más y, con el tiempo, esto puede afectar a los vasos sanguíneos.

vasos sanguineos

“Si los vasos sanguíneos de los riñones se dañan, es posible que dejen de eliminar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo. Entonces, este aumento en demasía de líquido de los vasos sanguíneos puede hacer aumentar aún más la presión arterial, lo que constituye un ciclo peligroso”, advierten.

La hipertensión arterial y la diabetes son “las principales causas que llevan a los pacientes a necesitar tratamiento sustitutivo renal con diálisis o trasplante”, expresan los especialistas españoles Manuel Gorostidi y Rafael Santamaría, quienes además manifiestan que esta situación aumentará en los próximos años ya que “debido a la creciente prevalencia de la obesidad en nuestra sociedad y su estrecha relación con el desarrollo de la hipertensión arterial y la diabetes, estos serán problemas aún de mayor relevancia en un futuro no muy lejano”.

“Tanto la hipertensión arterial como la diabetes condicionan el pronóstico de los pacientes en cualquier fase de la enfermedad renal, ya sea antes de entrar en diálisis o durante el periodo de tratamiento con diálisis o trasplante renal”, destacan.

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