También del autor

LOS UNIVERSITARIO Y EL TANGO
Ed. Dunken, 2006

Cuando el tango trascendió los ambientes en que creció, haciéndose popular, prontamente contó con la adhesión fervorosa de estudiantes universitarios y profesionales. Serían ambientes propicios las “casitas” regenteadas por mujeres y, años después, los bailes del internado, que comenzaron a organizar los estudiantes de Medicina a partir de 1914: fueron un semillero de páginas que trascendieron al tiempo. Nacen los tangos “federados”, llamados así por pertenecer sus autores a la naciente Federación Universitaria, y los tangos “de comité”, que resultaron un vano intento por infundir cierto cariz político a aquella singular expresión de la vida porteña. En los años veinte, esa participación estudiantil se extendió. En años posteriores esa relación de los estudiantes con el tango adquiriría otras modalidades. Muchos de ellos, habiendo estudiado algún instrumento en su lugar de origen siendo niños, hallarían una manera de pagar sus estudios integrando conjuntos típicos. Algunos, ya recibidos, alternarían durante un tiempo el ejercicio profesional con actuaciones como músicos o cantores; otros hallarían en la composición o la versificación, cauce para mantener esa su vinculación y en otra faceta lo harían como historiadores y difusores.

EL TANGO
Estudiantes
Federación Universitaria
Medicina

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