El copiloto informó a Lufthansa de una “depresión severa” en 2009

Lubitz lo había notificado al centro de entrenamiento aéreo de la empresa germana hace seis años vía mail. Dudas

Lufthansa supo en 2009 que el copiloto del avión de pasajeros que se estrelló la semana pasada en Los Alpes franceses sufrió un “serio episodio depresivo”, según informó ayer la propia aerolínea alemana.

La línea aérea indicó que como parte de su investigación interna encontró correos electrónicos que Andreas Lubitz envió a la escuela de vuelo de Lufthansa en Bremen para hablar sobre su capacitación allí después de una interrupción de varios meses. En esos mails, el joven de 27 años notificó a la escuela que había padecido un “serio episodio depresivo”, que desde entonces se había mejorado.

La aerolínea señaló que Lubitz aprobó luego todos los análisis médicos, y que ya entregó los documentos correspondientes a los fiscales. Lufthansa no hizo más comentarios al respecto.

Esta revelación hace surgir más dudas sobre porqué se le permitió a Lubitz convertirse en piloto de Germanwings, filial de Lufthansa, en septiembre de 2013.

Las autoridades creen que el copiloto, que en el pasado había recibido tratamiento por tendencias suicidas, se encerró en la cabina del Airbus A320 dejando al piloto fuera y que estrelló el avión deliberadamente contra las montañas el 24 de marzo. En el incidente fallecieron las 150 personas que iban a bordo del avión, que cubría la ruta entre Barcelona y Düsseldorf.

La semana pasada, hallaron certificados de licencia médica rotos en pedazos que indicaban que Lubitz sufría de una enfermedad y que no tenía autorización para volar el día de la tragedia. Germanwings asegura que no recibió la notificación de licencia de Lubitz para la jornada del siniestro.

AGUJEROS DEL SISTEMA

El caso Lubitz puso al descubierto varios agujeros en el sistema. Lufthansa es la compañía que contrató a un copiloto del que sabía que había padecido una depresión severa. Los médicos del Centro Aeromédico de Lufthansa son los que validaron las condiciones físicas de Lubitz. Y la Oficina Federal de Aviación alemana es la que otorga, en función de la información médica que haya recibido, el certificado de aptitud o no para volar. Además, como se dijo, Lubitz no podía haber volado el día del siniestro porque varios médicos -un psiquiatra y un neurólogo- le habían firmado la baja para esos días. Pero el copiloto pudo subirse a la cabina del Airbus A320 porque en su trabajo nadie sabía de sus problemas de salud y él mismo ocultó la baja que le habían dado. Su novia sí tenía conciencia de los problemas psiquiátricos que padecía Lubitz, pero no de la gravedad de la situación, según la declaración que hizo a las autoridades francesas.

AYUDA INMEDIATA

Lufthansa confirmó que su aseguradora reservó 300 millones de dólares para enfrentar “todos los costos que surjan en conexión con el caso”. La semana pasada, la aerolínea ofreció una ayuda inmediata de 50.000 euros por pasajero a los familiares de las víctimas. Esos pagos son independientes de cualquier posible indemnización.

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