Piombo busca una salida de la Justicia tras el fallo del escándalo

El juez de Casación negó ayer haber renunciado, aunque podría avanzar con los trámites de su jubilación

El juez del Tribunal de Casación bonaerense Horacio Piombo, uno de los dos magistrados que redujo la pena a un hombre condenado por el abuso de un niño, negó ayer haber presentado su renuncia a ese cargo, aunque afirmó que es “un tema que siempre considero para un futuro”, tras versiones sobre su dimisión.

“No es verdad que haya presentado hoy la renuncia”, afirmó Piombo en declaraciones la prensa tras las versiones que dieron cuenta de que el magistrado había dejado el cargo por las presiones surgidas a raíz del fallo que firmó junto a su par Benjamín Sal Llargués.

Piombo confirmó que estuvo el miércoles pasado en la Suprema Corte provincial y sostuvo que realizó “un trámite para la obra social IOMA, porque cuando me echaron de la Facultad de Derecho perdí la cobertura y fui a hacer el trámite, pero no para renunciar a mi cargo”.

No obstante, el magistrado aseguró que su renuncia al cargo “es un tema que siempre considero para un futuro porque tengo 72 años. No hoy, puede ser mañana, el lunes o en un futuro, pero uno tiene familia y tiene que ver qué hacer con su futuro”.

Antes de conocerse las declaraciones de Piombo, el ministro de Justicia bonaerense, Ricardo Casal, había asegurado en declaraciones radiales que el magistrado “habría presentado hace minutos en la Suprema Corte de Justicia, que es donde corresponde, la renuncia”.

Voceros de la Suprema Corte bonaerense, por su parte, aseguraron ayer que “no entró ninguna renuncia del juez Piombo”, mientras que otras fuentes judiciales revelaron que el magistrado habría consultado sobre los trámites necesarios para acogerse al régimen previsional.

“Para jubilarse debe renunciar al cargo”, afirmaron fuentes judiciales. En el ámbito político se manejaba ayer como versión la posibilidad de la jubilación de Piombo, como una salida a su situación y en medio del proceso de juicio político ya iniciado en su contra y la del Sal Llargués.

La polémica sobre el fallo de Piombo y Sal Llargués comenzó a principios de mayo, cuando se conoció que habían beneficiado a un hombre acusado de violar a un niño de 6 años con la reducción de la pena de 6 años de cárcel a 3 años y 2 meses.

Los jueces bajaron la pena al considerar que el menor de edad tenía su “orientación sexual definida” porque había sido abusado anteriormente, por su padre.

El fallo fue apelado por la fiscalía de Casación y se encuentra a consideración de la Suprema Corte bonaerense, que deberá resolver si revoca la sentencia o la deja firme.

Tras conocerse los alcances de la resolución, Piombo fue expulsado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata y renunció a la de La Plata; mientras que Sal Llargués fue apartado de la Universidad Nacional del Sur (UNS) de Bahía Blanca y del Consejo de la Magistratura bonaerense, donde desempeñaba una función administrativa.

Piombo y Sal Llargués afrontan, además, un jury de enjuiciamiento que ya se puso en marcha con el sorteo de los conjueces por “mal desempeño de sus funciones” por una decisión similar en 2011, cuando redujeron la condena a un pastor evangélico acusado de abusar de dos adolescentes de 14 y 16 años de una villa de la localidad bonaerense de Merlo.

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