Una hincha de Boca y reclamo de seguridad

Fue en 18 entre 56 y 57. Ese fue el barrio que eligió Macri para visitar en nuestra ciudad tras su convocatoria por las redes sociales a vecinos que quieran recibirlo.

Con Eugenia Vidal desayunó con una jubilada, pero a la salida vio una pollajería y espontáneamente entró a saludar. El comerciante le contó que con su esposa hacían demasiado sacrificio para no tener todavía la casa propia ni aunque sea una semana de las vacaciones de invierno, y se quejó de la inflación. Macri lo escuchó.

Al salir del lugar, o porque le quedó tiempo o porque quedó movilizado, el jefe de Gobierno porteño vio un kiosco y se acercó. Saludó desde la vereda. Adentro del local estaba Patricio Gallo, quien al verlo, le devolvió el gesto. Macri le preguntó cómo andaba. “¿Cómo voy a andar?”, le contestó. “Acá me ve: todo enrejado y con miedo”, e inmediatamente interrogó: “Si Usted gana las elecciones, ¿qué va a hacer por la seguridad?”. Patricio escuchó proyectos, pero aún no sabe a quién votará.

El grito de la vecina de enfrente interrumpió la charla: Silvia Saullo, de 85 años, le lanzó: “Soy fanática de Boca, te adoro”. A su lado con más prudencia, su hija le pidió que no olvide que si gana “el poder debe estar siempre al servicio del pueblo”.

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